Anita & Vega: Construir sobre las personas

Fundadora de Anita & Vega.

<p>Fundadora de Anita & Vega.</p>

En febrero de 2019, Anita Ríos y Fernando Vega Olmos lanzaron, como dijeron ellos, “la agencia que nadie se esperaba”. Con gran experiencia, éxitos en su haber y un talento único, los líderes de Anita&Vega construyeron una agencia ágil, que se basa en las personas, desde la conformación y el cuidado del equipo, hasta la búsqueda de los insights. Anita Rios cuenta que, desde entonces, han cumplido con su manifiesto a rajatabla y que la pandemia fortaleció las relaciones interpersonales a las que siempre le dieron suma importancia. A un año y medio de haber fundado la agencia, el 2020 presentó un gran desafío que, para ella, dejará grandes aprendizajes tanto en lo humano, como en la valoración de la comunicación y en la manera de trabajar. En la siguiente entrevista, Anita habla de esta nueva etapa de independencia, tras una larga carrera trabajando en redes, las nuevas responsabilidades que adquirió, y el trabajo con su co-equiper, Fernando Vega Olmos, a quien también considera una gran fuente de aprendizaje y admiración.

-Hace un año y unos meses comenzó dos proyectos en simultáneo, la maternidad y Anita&Vega. ¿Cómo la vienen tratando ambos?
-Muy bien. Con la agencia estoy feliz. Abrimos hace casi un año y medio y nos agarró la pandemia hace 4 o 5 meses. Los objetivos que teníamos para este año los tuvimos que reconvertir, cambiarlos y adaptarnos, tratando de pasarla lo mejor posible. La agencia ya estaba armada, eso es lo bueno. Haber tenido esos meses para hacer los clientes y para ya tener una metodología aceitada ayudó un montón para trabajar todo desde el home office. Hoy hay que pensar en otros objetivos y resultados, pero me tiene feliz. Y mi hija me tiene mucho más feliz que la agencia, obviamente. La verdad es que la pandemia no es fácil para los que tenemos hijos chiquitos. Romita tiene dos y es una edad tremenda, no para. Ya había empezado el jardín y todo, pero ahora estamos todos acá encerrados, sin niñera y sin nadie que te dé una mano. Es intenso turnarse, cuidarla, entretenerla y laburar, todo en el mismo ambiente, pero ella es lo más, así que nada, estoy muy contenta.


-Es una fuente de inspiración en este aquí y ahora…
-Totalmente. Siempre digo que el tener hijos tiene algo muy loco. El paso del tiempo, la realidad y el día a día son muy tangibles. Cuando no tenés hijos, no te das cuenta tanto de cómo te va pasando el tiempo. Te das cuenta, porque te vas haciendo mierda, pero es menos notable. En cambio, a esa persona la vas viendo crecer día a día, y ves el aquí y el ahora, cómo todo evoluciona, cambia y pasa el tiempo. Es muy impresionante. Soy una madre muy presente. Creo que los chicos de la pandemia van a ser muy particulares, va a dejar un legado de “pandemials” que tuvieron que adaptarse a esto. Sobre todo, en los de la edad de mi hija, que no entienden lo que está pasando porque, de repente, estamos todos encerrados. Joaco (Cubría) y yo trabajamos un montón, estábamos todo el día afuera. Trabajaba muy cerca de casa, así que venía y todo, pero creo que nunca estuvo tanto con nosotros, salvo en sus tres primeros meses de vida, en los que estuve de licencia. A los dos y medio volví a trabajar. Siento que los va a afectar, de forma positiva o negativa, no lo sé, pero será una generación medio particular.


-Cuando lanzaron la agencia, lo hicieron con una especie de manifiesto. ¿Cuánto de eso pudieron aplicar?
-Abrimos la agencia con un manifiesto, con un aviso en La Nación, que generó bastante comentario. En él, hablábamos mucho de que nuestra agencia se basa en las personas, en las relaciones interpersonales y, obviamente, en la búsqueda del insight en la gente. Venimos cumpliendo muy a rajatabla esta manera de laburar. La pandemia fortaleció mucho eso, porque se transformó todo en una cosa de contención, de paciencia, de ayudarnos y de buscarle la vuelta para trabajar, cediendo cosas. La publicidad ahora es mucho más humana de lo que últimamente estaba. Creemos muchísimo en todo lo que es la data y esas cosas, pero creemos mucho más en las personas que trabajan con esa data, en las relaciones con los clientes, en llevarte bien y en construir un equipo. Con los clientes que tenemos, por suerte, lo logramos. Soy muy de tratar de generar una relación con ellos y con mi propia agencia. Lo que sucede es que es realmente mucho más intensiva esa relación. Trabajé toda la vida en redes gigantes y ahí no ves a todos los clientes, tenés un montón de gente haciéndote de escudo, desde cuentas o productores. Cuando sos una agencia chica, te metés a hacer un poco de todo y empezás a generar vínculos mucho más importantes. Abrir la agencia con Fer, para mí, fue un aprendizaje en un montón de materias que tocaba de oído en una mega red. Me re divierte, a esta altura de la vida, seguir aprendiendo cosas. Está buenísimo. Nos pusimos como objetivo ser una agencia ágil, queremos ser super ágiles, por eso es una agencia con poco personal fijo, mucho trabajo en equipo y armado de equipos para proyectos, porque creemos en esto de que hay que elegir la gente para cada proyecto que hagamos. Lo bueno es crear una estructura donde puedas generar lo necesario para cada proyecto en base a las personas a las que les vas a hablar, en base a las personas del cliente y en base a los que se van a sentar a pensar. Cada equipo se renueva y eso te da agilidad. También hacemos mucho nosotros con Damián Izquierdo y Sebastián Espósito, que son los Directores Generales Creativos de la agencia y son lo más, son la agencia. Estamos todos remando un montón. A Fer la pandemia lo agarró en Madrid, así que estuvo muy encerrado. Él ya está pudiendo salir un poco. Antes, venía muy seguido y, de repente, se nos cortó el chorro. Íbamos mucho a ver clientes, generábamos reuniones y todo esto frenó ese primer impulso. Pero creo que lo que decía ese manifiesto lo venimos cumpliendo.


-Paradójicamente, la pandemia hizo que estuviéramos lejos, pero más conectados, entrando a la casa de otros. Trabajar a una cuadra o a 1000 kilómetros hoy es lo mismo...
-Exactamente. Nos va a dejar un montón de aprendizajes en cuanto que se puede trabajar remotamente y hacer proyectos, aunque no estemos todos en la misma mesa. Las agencias lo tenemos bastante agilizado a eso. Creo que en los clientes va a dejar como una marca. Por más que extrañe mucho ir a la agencia y a los chicos, se puede laburar. Filmamos por Zoom, o sea que se puede hacer cualquier cosa.


-¿Con qué productora filmaron?
-Con Rebolucion, para Exquisita, y estuvo buenísimo. Obviamente, estas mucho más limitado, pero se puede interactuar entre todos, se pueden ver tomas, se puede elegir. Como hay que respetar los protocolos, filmamos gente en su casa que se filmaba a ella misma. Todavía no estaba la apertura como para hacerlo de otra manera, pero se pueden hacer cosas. Y me gusta hacer cosas que ayuden también, que sirvan, que hagan algo. Estamos trabajando con Comafi en una campaña que habla mucho de esto de ayudar. El banco está haciendo un montón de cosas por la gente. Con Exquisita hicimos esta acción de poder mandar un bizcochuelo y regalarte el envío. Me parece que está bueno. Es un momento para tratar de hacer cosas aparte de decir.


-Como el spot de Comafi, “Vos te lo merecés”, porque todos la venimos peleando, es positivo y construye desde ahí...
-Sí, construye desde eso. Estamos haciendo un esfuerzo sobrehumano y siento que nos merecemos que nos vaya mejor a todos, ni hablar de la gente que está en mucho peores condiciones, que no puede trabajar, lo que me parece desesperante. Laburar es lo que todos necesitamos de base y soy súper agradecida de eso, más allá de que pueda putear o levantarme torcida y diga que no puedo estar más encerrada acá, pero estoy en mi casa, con mi familia y tengo trabajo. Es un sube y baja todo, y me parece que es propio de esta situación que nos pone la vida. Soy muy a rajatabla con todo y no salgo. Siento la cuarentena.


-Usted tiene una larga trayectoria en grandes agencias. Ahora se lanzó con un proyecto independiente. ¿Hay algo que extrañe? ¿Está contenta con esta nueva etapa?
-Es un abismo de diferencia. Le debo mi carrera a las multis. Nunca estoy en contra, pero sí siento que, en el último tiempo, se había complicado un poco más. Las redes tienen gente en todas partes del mundo, y creo que les es difícil medir el resultado, la capacidad  o la forma. Acá, en Argentina, la luchamos un montón, porque estamos mal de guita y, por eso, los talentos se van. El problema de la exigencia, como si todos estuviéramos del mismo lado del mundo, me parece muy difícil. La libertad que tengo hoy no la hubiera tenido nunca. A mí me gustaba mucho laburar en redes, me gustan las agencias reconocidas, me gustaba decir que trabajaba en tal agencia y que todos me miraban, diciendo “qué bueno”, y me gustaba tener un montón de comodidades, porque nunca tuve que preocuparme por nada. En las últimas agencias en las que estuve como DGC llegué, me dieron todo lo que necesitaba. Acá la apertura fue como heavy, buscando el lugar para alquilar, aprendiendo de números, de negocios y de economía. Eso, para mí, fue invaluable. En un momento puteé un poco. Pero Fer tiene una frase muy buena, “uno es bueno y rinde haciendo lo que sabe hacer” y para mí esa es la meta, que cada uno en la agencia haga lo que sabe hacer. Al principio, obviamente, hacíamos todos todo. Fue genial, porque aprendí muchas cosas y entendí a un montón de personajes de las agencias, de los que decía: "¿qué hace?", y que son vitales. No era de esas personas que soñaba con tener mi propia agencia, pero era una oportunidad espectacular con Fer. Fue un momento en el que ya estaba bastante cansada, con 22 años laburando en red y estoy feliz. Extraño cosas. Iba a decir la seguridad, pero ya ni siquiera estaba (risas), mirá lo que pasó finalmente con Thompson. Extraño la cantidad de gente y liderar equipos gigantes. Me costó mucho separarme de Sebas (Castañeda), que es mi hermano y era mi coequiper, y de Vani (Rudaeff). Pero siento que fue la mejor decisión. En general, todas las decisiones que tomé en mi carrera fueron bastante acertadas, tras pensarlas y sufrirlas mucho. La verdad es que no me arrepiento de nada, estoy feliz.


-¿Cómo trabajan?
-Por Zoom, lo hacíamos antes de la pandemia, fuimos precursores. Hacemos muchas reuniones sobre hacia dónde va la agencia, de estrategia y para pensar. Cuando él tiene un proyecto que es muy estratégico nos sentamos, pensamos, peloteamos y charlamos. Él se suma a presentaciones que son más estratégicas o a las que le copan mucho. Le comparto presentaciones grandes, las del día a día obviamente no, pero él está muy metido con la estrategia y el new business.


-¿Cómo es trabajar con Fernando?
-Trabajé muchas veces con él a lo largo de mi carrera y sigo confirmando lo divertido que es. Más allá de ser una leyenda, es un tipo que te transmite tranquilidad y seguridad. Estaba encerrada en cuarentena y me decía "Ani, no te preocupes, cero, vamos a salir de ésta". Tiene positivismo y energía. Entiende todo lo que sucede, entiende de todas las marcas, entiende de todos los mercados. Tiene además una mirada global. Es muy valiente, tiene esa cosa de decir lo que hay que decir. Genera bastante admiración. Lo veo con los clientes y yo también me quedo mirándolo. Es mi socio, pero me quedó como diciendo “qué groso que es”, porque es muy bueno. Es un placer. Aprendo un montón. Estoy feliz.


-¿Con qué clientes están trabajando hoy?
-Estamos trabajando con Comafi, con Molinos, con HDI (que es una compañía de seguros). En pre pandemia estuvimos trabajando bastantes proyectos con Netflix y con Coca-Cola, dos marcas muy grandes.


-¿Fueron cambiando los pedidos de los clientes?
-No. Creo que fue muy de evaluación y acción, pero hacia el mismo lugar, el de tratar de hacer cosas necesarias para la gente y que ayuden al negocio también. Todas las marcas están buscando es eso.


-¿Cómo cambió la pandemia al negocio?
-Lo que es por proyecto bajó, porque había que cambiarlo y mutar a algo más estratégico. Lo que nos empezaron a pedir mucho nuestros clientes fue tratar de alinearnos a la pandemia, generando algún tipo de mensaje. Los creativos hoy tenemos que estar pegados al negocio del cliente y entenderlo. Estamos todos sobreviviendo a esto, buscando formas de hacer cosas que estén buenas y que puedan cambiar mínimamente algo, sin alejarse del espíritu de las marcas, que es algo difícil. Si una marca tiene un perfil construido, tenés que mantenerlo cuando digas algo sobre el contexto. Con Exquisita se trabajó mucho para no perder identidad y tratar de hacer cosas útiles. Hay mucha búsqueda de algo útil. También hicimos lo de ATMA. Estuvo buenísimo ese proyecto. Nos encantó hacerlo. Te alegra, porque estás haciendo algo que realmente ayuda o deja algo bueno. No sé hasta cuándo tendremos que hacer cosas contextuales. Se acotaron los planes de medios. Fue de las cosas en las que más se sintió. Todo lo que era outdoor se suspendió, por una cuestión obvia. Por más de que los medios también se ajustaron y los precios se modificaron, las estrategias de medios cambiaron bastante. Fue una movida de mucho trabajo. Nosotros tenemos mucho trabajo, pero las marcas tampoco paran, porque tienen mucha evaluación para ver qué hacer, dónde están flojos, que se está necesitando y qué está haciendo la competencia, porque están todos apretados en una misma baldosa. Eso es bravo, pero a mí los desafíos me copan. Nos tuvimos que amoldar bastante a lo que hay que hacer y con responsabilidad, que, para mí, es fundamental. Son un montón de cosas las que tenés en mente, tener cerrada la agencia y ver cómo están los empleados, porque no sabés cómo le pega a cada uno esto. Entonces, tratamos de estar conectados y de darles tranquilidad. Sé cómo estoy y cómo está la agencia, pero a la gente la incertidumbre la aniquila, ¿qué va a pasar?, ¿estamos bien o mal de laburo?, ¿cerrará?, ¿se volverá?, ¿se pagará aguinaldo? ¿habrá ajuste inflacionario? Hablar para sacar, al menos, la incertidumbre laboral de todas las que te genera la vida misma me parece fundamental. Así que eso lo vengo tratando de hacer bastante.


-¿Cree que los consumidores cambiaron? ¿Qué les piden a las marcas?
-Hay cambios de hábito de consumo que se tomaron en esta pandemia que van a quedar y hay que estar muy atentos a eso. La gente está pidiendo que no les tires más de lo que ya tiene, que no le falten las cosas, que los productos de primera necesidad estén y que las empresas de delivery funcionen perfecto. La gente que se acostumbró a consumir algo que no consumía, en un horario donde no lo consumía, en un lugar donde no lo consumía, porque estuvimos mucho en nuestras casas. Me parece que  en post pandemia va a estar bueno hacer un research del consumo que quedó. Ahora, lo que la gente está pidiendo son los productos de primera necesidad, que no falten, básicamente. Lo veo con Molinos. Exquisita y Blancaflor tuvieron que producir a cuatro manos, porque son consumos que en la pandemia subieron. Con las empresas como PedidosYa, Rappi o Glovo, la gente se puso exigente, porque las necesitan como el pan de cada día. Está buena la cantidad de empleo que generaron esas marcas, creo que van a ser muy valoradas, porque fueron como troncos en el río de la pandemia. La gente pide positivismo también. Si observás a las marcas, están enfocándose en la vuelta a la vida normal. La gente necesita esperanza, que les digan que se van a poder volver a juntar, no necesitan bajón o drama. La comunicación y las marcas tratan de dar un mensaje positivo y haciendo algo lindo. Necesitan ayuda. Si sos un banco, un préstamo, si sos Exquisita, que me regales el envío. Exigen un plus porque nos lo merecemos, porque la estamos pasando mal. Es un poco eso.


-¿Cree que la gente también le pide a las marcas que tomen posición sobre distintas cuestiones sociales?
-Sí, eso más allá de la pandemia. Se valora la valentía de las marcas. A las que son marcas más chicas me parece que no tanto, pero a las marcas fuertes que tienen un movimiento de masas me parece que sí. Y responden, obviamente, porque tienen equipos de comunicación tremendos.


-Hay marcas que quieren comunicar, otras que se cuidan en lo que dicen y otras que no quieren asumir un compromiso, porque no quieren que las critiquen...
-Es que ese es el problema también, es según la base en la que esté formada esa marca. Si es muy grosa, un desliz o una puteada no la afecta en nada. Si es una marca que no está parada tan sólidamente, la destroza. Pero me parece que nos pasa a todos. Se analiza todo lo que se dice, hay una búsqueda en cada comunicación, de cuál palabra se dijo y cuál no, y hay un montón de herramientas en las que la gente puede salir a expresar lo que piensa. Las marcas realmente están muy expuestas y tienen que pensar un montón con nosotros qué decir, qué no, qué consecuencias puede tener y analizar si esas consecuencias se las va a bancar o no. Está difícil hablar, de cualquier cosa en realidad, seas marca, entrevistado, político, publicitario o cualquier persona. En algún momento va a haber que relajar un poco y la gente va a hablar. Nos tenemos que acostumbrar a que nos van a putear, más que nada a los comunicadores y a las marcas, porque también esa es la idea, que cada uno pueda decir lo que quiera. Es imposible esperar que todo sea positivo. Me acuerdo cuando empezamos a laburar, poníamos cualquier barbaridad y no nos enterábamos de lo que decía la gente, a lo sumo, recibías alguna carta de alguna señora indignada. Está bueno tomar responsabilidad, adaptarse y cambiar.


-¿Considera que la pandemia también hizo revalorizar el rol de las agencias y pensamiento creativo y estratégico?
-Sí, se valorizó mucho la comunicación, porque era la única manera que teníamos de llegar, ya que los puntos de venta quedaron muertos. Se valorizó mucho el análisis conjunto, el ver qué se podía hacer.


-¿Siente que, más allá de la cercanía que tecnologías como Zoom generan, el hecho de que en una agencia independiente el líder de la compañía es el que tiene contacto directo con el cliente, lo hace abrirse más?
-Sí. Eso les da tranquilidad y también que seamos constantes. No es que aparecimos en la primera semana y después ya no. Hablo por teléfono, estoy si me llaman. Obviamente, hay cosas que no veo, lo más chico por ahí. Pero no me borré nunca y eso es fundamental. Tengo una empresa que tiene mi nombre y obviamente no quiero que eso salga mal. Me parece que eso les da mucha tranquilidad. A los clientes les gusta hablar con los creativos directo, lo estoy notando mucho eso, el relacionamiento directo conmigo y con todo el equipo. Sienten que no hay intermediarios. Ya ven si te gusta a vos o no, si te parece bien. Ya venía pasando en las redes. Ya habíamos empezado a notar que te llamaban directo y listo. Ahora que tengo la agencia, ni hablar, es muy directo el contacto. Me re divierte.


-¿Cómo es esa relación directa?
-Te cuentan un montón de cosas, los problemas que tienen y los que no. Es como una relación muy de dueño del negocio, básicamente. Sabe que estás metido, que si hay un quilombo con un pago lo entendés y te duele lo mismo, porque no es que me pagan el sueldo y de todo lo demás me desentiendo. Me entienden y los entiendo. Es como una relación mucho más natural, para hablar de esos temas.


-¿Cómo está la conquista de clientes en este momento?
-No tuve pitch en la pandemia y la conquista de los clientes está difícil. Me parece que se pueden hacer cosas, se pueden levantar teléfonos, pero no creo que sea un momento en el que las marcas vayan a tomar decisiones, salvo que estén trabajando a cuatro manos y no creo que ese sea el caso de muchas. Hay muchos momentos en que digo “che, conozco a tal, vamos a verlo” y después digo, “no van a tomar una decisión ahora”. Hay que ser muy cautelosos. Si me llega que alguna marca está buscando agencia, trato de conseguir y me meto. Con Fer, que tiene 10 mil contactos, tratamos de mandar afuera, en donde ya están más activados. Pero es difícil, porque lo bueno de tantos años de laburo y de experiencia es ir, sentarte enfrente de alguien y contarle, transmitir y empatizar, más con Fer y conmigo, que somos muy de la relación. Es más difícil para mí hacerlo por Zoom y mandar las credenciales. No está frenado totalmente, pero tampoco es que hay pitch y mucha cosa como antes. Me parece que nos pasa un poco a todos. A las grandes agencias calculo que no, que siguen, pero las más chicas estamos pariendo un poco más la del new business.


-¿Cómo hace en su casa con Joaco, socio y líder de GUT, y la competencia entre agencias independientes?
-Es muy divertido. Hablamos mucho de trabajo. A los demás le puede parecer un embole tener un novio o un marido que trabaje de lo mismo, pero a mí me parece apasionante. Tener a alguien al lado que entiende absolutamente todo lo que te pasa y todos los quilombos que tenés, que entiende la gravedad de las cosas. Lo que no hacemos ahora y hace bastante que no pasa, pero sí pasaba cuando estaba en Thompson, era pitchear la misma cuenta. Entonces, no se hablaba del pitch, no se muestra nada, no se dice nada y no se festeja si se gana (risas). Nos pone muy feliz lo que le pase al otro, obviamente. Siempre voy a querer ganar un pitch, nunca voy a decir que no, para que lo gane él. Nunca va a pasar eso.


-¿Sos competitiva?
-Soy súper competitiva. Pero lo que tenemos de bueno es que los dos cambiamos de agencia y estamos en modelos independientes, pero que son muy distintos. Entonces, hay cosas en las que él me puede ayudar un montón, de las que necesito datos y le pregunto, porque él tal vez ya pasó por lo mismo en otro momento. Está buenísimo y me divierte mucho. Tenemos los mismos amigos, el mismo laburo, hablamos un montón de trabajo, nos divierte, nos gusta y nos pasamos comerciales, somos como muy nerds de la publicidad. Jodemos mucho también con nuestras carreras, que son muy similares además, porque empezamos a la misma edad, tenemos casi la misma edad…Me divierte. Espero que Romita haga otra cosa, pobre…


-¿Cómo imagina la salida de la pandemia y el segundo semestre?
-Imagino que va a ir todo mucho mejor, soy bastante positiva. Siento que se va a ir reactivando todo. Nuestro laburo es fundamental para las marcas, que necesitan reactivar, vender y generar experiencias. Me imagino un segundo semestre bastante más movido que el primero. Si bien tuvimos bastante trabajo, no fue al 100%. Calculo que se va a reactivar todo lo que es proyecto. Creo que la salida de la pandemia va a ser muy lenta. Me parece que van a haber un montón de cosas que no vamos a volver a hacer nunca. Vernos y sentarnos en una mesa con un cliente, creo que será en 2021. La recuperación económica va a ser re lenta, pero hay que remarla. La vuelta la van a tener que comunicar todos, sus nuevos protocolos los van a tener que comunicar todos, sus mensajes positivos los van a tener que comunicar todos. Hasta las marcas que no estuvieron hablando en la pandemia porque por ahí les iba bien, van a tener que volver a hablar. 2020 va a ser un año para olvidar. Pero siento que sobre el final vamos a estar mejor, no unidos, no viéndonos, pero sí vamos a estar mejor.


-¿Qué aprendizajes le dejó la pandemia?
-Me puso más optimista. Llegamos tan al fondo con todo esto que solo me quedó empezar a pensar que iba a estar mejor. También me di cuenta mucho de la gente que tengo en la agencia, en la que siempre confié. El hombro a hombro virtual hizo que los valore mucho más. Me di cuenta de que se puede laburar. Pasaba muchas horas fuera de casa y me parece que no era necesario. Se puede estar afuera, necesito ir a la agencia y trabajar, pero hay un montón de cosas que las voy a poder seguir haciendo desde acá, eso seguro. Veía muy poco a Roma y ahora, después de estar tanto tiempo con ella, no me imagino volver de esa manera. Estar 9 o 10 horas afuera es bravo. Era muy de la presencia y no era fan del home office. Me gusta el contacto, me gusta ver, siento que salen mejores cosas. Pero la verdad es que re funciona y siento que hay algunas cositas de esta pandemia que me voy a quedar para más adelante. Rescato mucho lo humano, lo que comentaba del equipo, los clientes que buscaron laburo donde no lo había para que siguiéramos trabajando. Hubo una cosa de hermandad en esta pandemia que a mí me impactó bastante, mismo con nuestros colegas, con otras agencias, con los creativos. Salimos de la competencia y nos pusimos a ver cómo carajo podemos hacer cosas. Me parece que está buenísimo.


-¿Qué la inspira y la motiva hoy?
-Laboralmente, quiero que la agencia la rompa. Siento que tenemos las herramientas y que somos personas con mucha experiencia. Todos pensamos que el 2020 iba a ser un gran año y no sucedió. Me motiva reafirmar groso el año que viene. Me inspira mucho cómo la llevamos y me sorprende mucho de mí misma cómo pudimos pasarla, cómo seguimos laburando, cómo pude hacer todas las cosas de mi casa y cuidar a la bebé. Era una persona muy de mi laburo, trabajo y nada más, y me di cuenta de que puedo hacer un montón de otras cosas. Roma es todo, levantarse todos los días y verla es una locura. Todavía no lo entiendo. Esperé tanto, la tuve a los 41 y hay días que la veo y digo “es mi hija”. Es como una locura. Aunque suene a un cliché, ser madre me re cambió. Ya nos falta menos, sigamos. Para mí falta poco y vamos a reactivar todos, vamos a estar mucho mejor y nos vamos a volver a matar como siempre.




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