Los anuncios están realizados con imágenes fotografiadas y retocadas de niños divirtiéndose con objetos transformados en juegos, en una clásica alusión al reciclaje. Son latas y cuerdas transformados en teléfono, una caja de cartón transformada en casita y neumáticos que se convirtieron en columpios. Las piezas cierran con la frase “La gente nunca debería parar de reciclar”.