Quienes trabajan bajo esta modalidad suelen confundirse y cometer errores comunes que, de todas formas, pueden afectar a gran escala. Para evitarlos, debemos considerar algunas cuestiones:
1- Tomar más trabajos de los que podés manejar. El comprometerse con más actividades de las que consideramos que podemos abordar, nos lleva a realizar los proyectos en un nivel menor al que el cliente espera y que podríamos brindar.
2- No informar a tus clientes sobre el status de los trabajos. Es importante mantenerlos informados de la evolución. De esta manera, no solo conocerán el estado sino que también verán la profesionalidad.
3- Utilizar expresiones inadecuadas. Aunque se tenga una relación cercana con el empleador, siempre hay que mantener distancia y no utilizar expresiones de confianza.
4- No conocer a tus empleadores lo suficiente. Esto servirá para usarlos como referencias para otros proyectos o para ofrecerles una sociedad cuando el negocio crezca.
5- Enviar propuestas sin personalizar. A los clientes no les gusta eso. Por eso, hay que realizar propuestas a medida, mostrando determinación.
6- Posponer constantemente los plazos de entrega provocará malas calificaciones y feedback negativo de los clientes.
7- Cambiar el precio de un proyecto después de obtenerlo. Esto resulta muy desalentador. Los proyectos a veces resultan más complejos de lo que se piensa. Por eso, se debe conversar sobre ellos detenidamente antes de aceptarlos.