Para plantear el tema, la agencia creó una película, con una banda sonora que trae la siguiente letra: "El gobierno ayuda a la gente a comprar comida con el SNAP, pero nadie nos ayuda a comprar tampones: les importa una mierda".
Detrás de la campaña están organizaciones como Period, Free the Period, Ignite, No More Secrets y The Flow Initiative, que han identificado la pobreza menstrual como un problema nacional en Estados Unidos. A estas ONG se unen la marca de cuidado menstrual sostenible August y los cereales de origen vegetal OffLimits.
"El acceso a los productos menstruales es una cuestión de derechos humanos, sobre todo porque estos productos son utilizados mensualmente por más de la mitad de la población de EE.UU.", argumenta Michela Bedard, directora ejecutiva de Period. "Necesitamos cambios en las políticas nacionales para abordar la pobreza menstrual sistémica, incluyendo la posibilidad de utilizar las prestaciones públicas para comprar productos."
"Estamos en 2022 y, sin embargo, la mayoría de los estados de EE.UU. todavía tienen un "impuesto sobre los absorbentes", un impuesto de venta injusto sobre el cuidado menstrual, considerando los tampones y las compresas como bienes "no esenciales"", se lamenta Nadya Okamoto, cofundadora de August.
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