En Akira hace unos meses recibimos una idea para navidad basada en una carta escrita por un niño para Santa, como suele pasar en la vida real en esta época de diciembre, y como también lo suele retratar sistemáticamente la publicidad todos los años, pero también sabemos que no por eso deja de ser relevante la verídica inocencia con que esto sucede siempre en nuestras casas y en las casas de todo el mundo para Navidad.

Así nació este guion, en la tierra Boyacá entre las montañas de una de las regiones más bellas de Colombia y arropado por el tejido de una humilde y campesina ruana, una especie de manta de la más gruesa lana que es capaz de abrigar y rescatar del inclemente clima a quien pueda cobijar en ella, allí envuelto en el calor de ella un niño le escribe una carta a Santa.

Esta fue la historia que construimos y que decidimos llevar adelante en una pequeña película, en una especie de cortometraje que recorre nuestra geografía y que se nutre de la más variada gama de actores naturales especialmente buscados y mágicamente escogidos. Registramos la travesía de nuestra ruana convertida en el más preciado regalo y pasamos de rodar en el altiplano colombiano para llegar hasta Finlandia a la ciudad de Roninevie en el paisaje más blanco y frío que hayamos podido imaginar, regalándole de paso a nuestro pequeño protagonista su primer viaje en avión y la ilusión de conocer la tierra de Santa.

Nadie del equipo de la productora y cliente hubiera imaginado que íbamos a registrar las imágenes más cautivantes de este niño, su peculiar regalo y su anhelado encuentro con Santa a menos 20 grados.

¿Como una idea, un cliente y una productora con base en el trópico del ecuador planean y ejecutan una producción al otro lado del mundo con la misma valentía que tuvo el protagonista de la historia? La respuesta surge de la misma inspiración que todos tenemos: hacer los sueños realidad. Creer que el mundo es una sola locación y que el talento colombiano tiene la posibilidad de salir, explorar y brillar donde se lo proponga.

Estamos más que agradecidos desde Akira con nuestro cliente Inter Rapidísimo, por encargarnos el construir y dejarnos contar esta maravillosa historia.

Este ha sido para nosotros un proyecto único, del que nos sentimos muy orgullosos por el resultado y por el tesón de nuestro director Juan Rueda, quien no deja de inspirarnos con esa pasión con la que hace lo que más le gusta: dirigir historias inolvidables.