Yo fui una eficiente Directora de Cuentas. Alta efectividad, un equilibrado portfolio de cuentas multinacionales y new biz, una agenda creciente y relaciones win-win con mis clientes.
Lideraba un buen equipo y disfrutaba el máximo “vía libre” posible de mis jefes, vestía pret-a-porter, tomaba decisiones, coqueteaba, cerraba contratos y a veces festejaba con champagne...sin darme cuenta, aprendía, crecía, e iba abriendo caminos para que avanzara la industria del BTL, que crecía implacablemente a nivel global.
Más tarde, me di cuenta que también estaba abriendo mi propio camino.
Con una carrera hecha, con el CV redondo, con las ilusiones satisfechas y la cartera elegante. Pero todavía me quedaba una buena idea, un sueño por cumplir.
A la edad que todos piensan en retirarse, yo empecé mi propio proyecto. Quizás era demasiado senior para las corridas, pero iba confiada y guiada por un impulso: profesionalizar el BTL local, hacerlo competitivo a nivel regional.
Ostara me dio vuelta la vida 360 grados. Además de Cuentas, aprendí a ser creativa, producer, contadora, cadete, financiera. Ya pasaron 10 años. Mantuvimos aquellos fieles clientes del principio e incorporamos muchos más, implementamos grandes campañas de Argentina a México, pude trabajar y formar buenos equipos, fuimos 3 veces nominados a Agencia del año, ganamos más de 30 premios + 15 pitches, nos integramos con digital, tenemos oficinas en 4 países ¡Terminó siendo mucho más grande que mi sueño!
Quizás, lo que en realidad terminé haciendo fue el nuevo recorrido de la mujer en la publicidad 2.0: el que va de la eficacia al liderazgo, de la competitividad a las ligas mayores, de lo bueno a lo increíble...al que sólo se llega con pasión. Espero y deseo que miles de chicas sigan ese camino.