La idea parte de una premisa sencilla: mostrar a las personas, en su propia ciudad, la temperatura real que podrían estar disfrutando en Andalucía en ese mismo instante, con el objetivo de posicionar el invierno andaluz como la mejor alternativa frente al frío europeo. Así, un dato cotidiano –los grados de cada destino– se transforma en un argumento de marca que conecta con motivaciones concretas de los viajeros, como el clima, las experiencias, la cultura y las horas de luz.

“The hacked thermometer” se plantea como una apuesta estratégica que redefine la forma de comunicar el destino, situando a Andalucía en un territorio compartido con marcas que combinan creatividad, datos tangibles y verdaderos detonantes de decisión. La acción se despliega en las calles de Ámsterdam, un mercado tan estratégico como gélido, mediante soportes de exterior que anuncian esos “21 grados” andaluces como una de las grandes ventajas competitivas del destino. La propia agencia define la iniciativa como un “out of door estratégico” que lleva una de las maravillas de Andalucía a la vía pública, utilizando el contraste térmico como disparador emocional y racional al mismo tiempo.

Desde la perspectiva de comunicación, la campaña trasciende los mensajes turísticos tradicionales al no limitarse a describir el destino, sino al mostrarlo a partir de un insight sustentado en datos reales. Este enfoque favorece que el impacto no se quede solo en quienes se cruzan físicamente con la acción, sino que se amplifique de forma orgánica a través de medios y redes sociales, multiplicando su alcance y su capacidad de generar conversación.

La iniciativa desarrollada por Ernest se presenta como un ejemplo de cómo la combinación de creatividad y datos puede generar relevancia cultural y construir un posicionamiento memorable y diferencial para una marca de destino.