Según André, su idea surgió justamente por este contexto, en que el Coronavirus dominó la narrativa global y la incertidumbre es parte del cotidiano de las personas. “Es difícil dejar de pensar en eso, nos enfrentamos constantemente con el número de infectados y víctimas, los datos se actualizan casi cada minuto. Inconscientemente, siempre estamos pensando en cómo podemos ayudar y cómo podemos comunicar lo que estamos pasando”, explicó André.
Después de leer una nota sobre la rápida evolución de las personas infectadas en los Estados Unidos, André miró a la imagen de una bandera asociada con esa misma noticia. “Esta pandemia es un mal global, constantemente estamos comparando datos entre países. Es inevitable”, comentó.
Luego, empezó a analizar banderas de varios países y pronto se dio cuenta que la gran mayoría estaba compuesta por barras, como si fuesen gráficos. “Parecía una asociación lógica y una buena forma de adaptar los números a algo notable y fácil de interpretar. Quise demostrar cómo estos números transforman un país, transformando el símbolo que todos reconocen e identifican, su bandera nacional. Estos números no son solo números. Representan personas y son estas personas las que hacen un país”, finalizó.