Los organizadores anunciaron que estimaron que un millón y medio de personas marchó en todo el país para poner límite al ajuste de Javier Milei a la educación pública y rechazar el veto a la Ley de Financiamiento Universitario anunciado por el Presidente.
En Buenos Aires, la marcha frente al Congreso contó la participación de la comunidad educativa, sindicatos, organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos, así como referentes de todo el arco político opositor, que enviaron un mensaje a diputados y senadores para que defiendan la norma que recompone el presupuesto universitario. Pocas horas después del acto, en una actitud desafiante, el Presidente firmó el anunciado veto.
“No queremos que nos arrebaten nuestros sueños. Nuestro futuro no les pertenece”, expresó la presidenta de la Federación Universitaria Argentina (FUA), Piera Fernández de Piccoli, en el escenario del acto.
En un escenario frente al Parlamento, estudiantes, gremios docentes y no docentes y rectorados de todo el país hicieron la Segunda Marcha Federal que, según los organizadores, fue más grande que la de abril y sumó movilizaciones masivas en las principales ciudades del país, con grandes expresiones en Córdoba, Mendoza, Rosario, Tucumán y Ushuaia, entre otros puntos.
En un documento consensuado entre todos los sectores, se denunció una realidad dramática. “La situación hoy es más crítica que a comienzos de año”, sostiene el texto que se leyó en el acto. “La pérdida de quienes trabajamos en las universidades públicas es de una gravedad inusitada; con un porcentaje enorme de docentes y no docentes percibiendo un salario por debajo de la línea de la pobreza, cuando no de la indigencia”, reclamaron. Además, explicaron que está en riesgo la continuidad de los cuadros académicos, de administración y de servicios esenciales para el funcionamiento de las casas de estudios.