-¿Qué desafíos espera encontrar en esta nueva etapa con Primo?
-Cuando uno arranca en una nueva productora el desafío está en poder entender cómo manejarse frente a otro equipo, para adaptar tus propias formas y creatividad a la de la producción y congeniar un mismo ritmo. Puede ser un proceso largo, pero tuve la suerte de entrar a un equipo en donde no existen piezas sueltas. Las mismas se van puliendo todo el día. Primo tiene la energía y motivación para acelerar la creatividad de los excelentes directores que tiene, es una productora que avanza a pasos agigantados y cada idea funciona de manera recíproca.
-¿Qué evaluación hace del actual momento de la producción audiovisual publicitaria argentina?
-Tengo una mirada positiva al respecto. En Argentina hay mucho talento y una libertad más amplia que en algunos otros lugares, para dar lugar a la creatividad. Tenemos muy buenos directores desde siempre, y en este momento se está abriendo una brecha para cabezas más frescas y jóvenes que son un paso clave para avanzar.
-¿Cuáles son los mayores desafíos para un director en el contexto actual de la industria publicitaria?
-Frente a un mercado amplio y una competencia tan vasta, creo que el desafío que me impongo es poder encontrar una mirada que pueda trascender ante un mundo que produce sin descanso. Este desafío es grande, ya que la mirada publicitaria tiene como objetivo ir abriéndose, poder acercar nuestro discurso a la realidad. La publicidad tiene que estar más cerca de la gente, no despegarse, convertirse en algo íntimo. De a poco, abrir más los ojos, nunca cerrarse, sino moverse. La inquietud es una pauta obligatoria para un director, encontrar la simbiosis perfecta entre simpleza y calidad.
-¿Considera que la producción de contenido se viene desarrollando de forma satisfactoria en las nuevas plataformas de comunicación?
-Creo que todavía tenemos mucho por aprender, las cosas cambian a un ritmo apresurado. Vemos y producimos una gran cantidad en forma constante y creo que lo esencial es nutrirse de todo eso y poder diferenciarse, estudiando con detalle, separando lo bueno de lo malo, porque ante tanta cantidad la mirada tiene que hacerse más fina. Con el formato digital, la fórmula hoy en día compite entre calidad y velocidad. La clave está en manejar un equilibrio sofisticado a la hora de producir, en donde ninguna tuerca quede mal ajustada. Las nuevas plataformas aceleran los tiempos y esa velocidad reduce el nivel de producción. Me interesa poder anticiparme y avanzar en contra de eso, alcanzar un nivel de elaboración rápido, pero sin desvalorizar la fuerza de la imagen.
-¿Cómo se define Ari Evasio como director?
-Me considero un aficionado por encontrar diferentes formas de contar una idea. Las maneras de ver y pensar son siempre infinitas, yo voy en busca de eso: de innovar en la manera de contar algo. Como cualquier director, nuestra materia prima es la mirada, y creo que siempre se puede encontrar una mirada distinta a las de los demás, que pueda prevalecer entre el montón y mostrarse completamente individual con respecto al resto. Estoy muy feliz con todo el trabajo que vengo haciendo, también sé que tengo muchísimo por explotar y que caí en el lugar indicado para llevar a cabo mis metas.