Los principales activos de la marca - el nombre, la llama y el rojo corporativo – continúan componiendo el símbolo. Sin embargo, la nueva logomarca cuenta con una tipografía única, propia y más estilizada.
Además de eso, la caja roja del fondo fue eliminada y adopta otro tono del color, “más adaptada a lo digital”, de acuerdo con Santander.
La idea es mantener los símbolos que “trasmiten fuerza, solidez y confianza”, pero los presenta “en una versión más moderna”. La llama, referencia al descubrimiento del fuego como progreso, y que representa la “pasión y proximidad”, forma parte de la logomarca del banco desde 1986. Fue creada para ser usada en agencias y en papel. Ahora, el elemento se ajusta a la tipografía para mejorar su visibilidad en la web y trasmitir la transformación digital de Santander.
El banco informa que la marca actual convivirá con la antigua por un tiempo, de forma que el cambio sea progresivo. La sustitución comenzará en digital, en la comunicación y la publicidad. Después llegará a las agencias y otros activos físicos, “en el ritmo de cada país en que el banco tiene presencia”.
“Por primera vez en la historia del grupo, unificaremos nuestra marca en todos los mercados. Esta nueva marca conecta mejor con las nuevas generaciones, es más moderna, y mejora en 20% la visibilidad en formato digital”, argumenta la Presidente Global del Banco, Ana Botín.
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