En primer lugar, se elaboró una estrategia de marca única para toda la cartera de productos de Bauducco. A continuación, se crearon activos visuales para lograr una comunicación "más contemporánea".

Se evaluaron el logotipo, el símbolo, los colores, la tipografía, los gráficos, la ilustración y la fotografía con el objetivo de "eliminar el exceso y dar sentido a unos pocos elementos buenos".

"Nuestro principal reto era evolucionar esta marca icónica para que siguiera siendo una marca de amor, un elemento cultural y afectivo históricamente presente en la vida cotidiana de todos los brasileños, al que ahora se le ha dado un nuevo aspecto capaz de conectar Bauducco con las nuevas generaciones", afirma Cris Inoue, socio director de Pharus.

Se ha revisado la arquitectura visual de todos los envases con el objetivo de "causar un mayor impacto en el lineal". El logotipo, antes dentro de una forma, se destaca ahora en todos los puntos de contacto. El rediseño se basó en la investigación de la tipografía italiana y en un estudio del comportamiento caligráfico de cada letra para resaltar el diseño de las ramas de trigo que nacen de la B.

Como resultado, se elevó la "B" y se dio al color amarillo un tono más cálido que recuerda a la "masa saliendo del horno". Las imágenes del producto se crearon combinando ilustración y fotografía en 2D y 3D. La dirección fotográfica buscaba reflejar una concepción más diversa e inclusiva de los valores familiares de Bauducco.