En un ecosistema dominado por la dopamina rápida, la viralidad y los fake ads, el creativo propuso detenerse y mirar hacia la esencia del storytelling humano. “La reacción es instantánea; la conexión se construye”, dijo, resaltando que las historias fueron el “primer código” que aprendimos como especie, mucho antes del Wi-Fi.
Entre risas, referencias a Pixar y observaciones sobre cómo las narrativas logran tocar lugares profundos del alma, Romero sostuvo que el desafío actual no es producir más estímulos, sino devolver significado, detalle, tacto y tiempo a las experiencias que creamos.
Uno de los momentos más potentes llegó cuando compartió el proceso detrás de la campaña “47”, desarrollada para Café Joyeux, una cadena global de cafeterías que emplea exclusivamente a personas con discapacidades cognitivas. Inicialmente, presentó la propuesta de creación de una campaña desarrollada por la IA. Luego, compartió el pensamiento y la filosofía de su agencia que, en lugar de caer en clichés emocionalmente prefabricados, el equipo invirtió en el siguiente enfoque: no hablar sobre la comunidad, sino invitar a la comunidad a hablar, diseñar, componer y crear.
"Desde la música hasta los personajes de animación, todo surgió de esa colaboración genuina”, comentó, para luego seguir: “Es una historia tan humana que no podíamos usar otra técnica”, explicó Romero al mostrar un video producido cuadro por cuadro, con sensibilidad artesanal, reforzando que la autenticidad no se simula: se construye con quienes son parte real de la historia.
Entre metáforas, carcajadas y reflexiones, Romero dejó un mensaje claro: en tiempos saturados de estímulos, la conexión no solo es un camino creativo; es un acto de respeto humano. Y quizá por eso su charla —distendida, honesta, vibrante— dejó la sensación de haber visto algo más que una presentación: una invitación a volver a la verdad detrás de cada idea.