La campaña, concebida por la agencia Jung von Matt Hamburgo y producida por Untold Studios junto a Parasol Island, convierte al pulpo en metáfora visual. Normalmente, estos animales manejan cada uno de sus brazos gracias a un sistema nervioso descentralizado, pero BMW plantea la pregunta: ¿y si pudieran centralizar ese control y bailar de forma armónica, como en un vals?
“Heart of Joy” busca justamente eso para la conducción: integrar sistemas que tradicionalmente funcionan de forma independiente —aceleración, frenado, dirección— y convertirlos en una experiencia coordinada y fluida, con una única “centralita” al mando.
El anuncio destaca además por el reto técnico de su realización. El equipo creativo explica que no sólo se trató de animar un pulpo por computadora, sino de darle movimientos con matices humanos manteniendo la fidelidad al comportamiento auténtico del animal. Todo ello, sumado a un toque de humor, buscó acercar la pieza al gran público de forma entretenida.
Diarmid, director de la campaña, subrayó la excepcionalidad del proyecto y la importancia de la colaboración estrecha entre todos los equipos involucrados: “Nada de esto habría sido posible sin la increíble y estrecha colaboración entre el cliente, la agencia, la producción y la posproducción. Felicitaciones a todos por la creatividad, la valentía y el talento para dar vida a esta idea de manera tan magnífica”, remarcó.
Con esta campaña, BMW apuesta por la creatividad y la innovación, alineando el arte y la tecnología, en un vals que promete marcar el compás de la conducción del futuro.
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