“Desde la agencia, frente a un brief tan especial, lo primero que pensamos fue en cómo competían hace 100 años y qué es lo que ha cambiado desde entonces”, explican desde la agencia en una nota de prensa. “Esas preguntas desencadenaron una búsqueda de imágenes que duró casi dos meses en el archivo olímpico, dando forma a un trabajo absolutamente manual y artesano que nos permitió hacer un viaje de un siglo a través de todas las tecnologías de captura de imagen que han existido, desde un cinematógrafo colocado en una pista de esquí en Chamonix en 1924 hasta una GoPro con tecnología 4K colocada en el traje de un saltador de esquí”.
En el mismo comunicado, Pablo Madrid, director creativo ejecutivo de Burns, explica que “bucear en el archivo Olímpico es un privilegio y una labor durísima a partes iguales, por su extensión y complejidad. Empezamos un puzle del que no sabíamos ni siquiera la imagen final, confiando en el proceso y en un deseo: "Seguro que existe una imagen que encaja"… hasta que las piezas empezaron a aparecer”.
Esta labor, se cuenta, despertó la observación que da vida a la campaña: el mundo ha cambiado mucho, la tecnología ha evolucionado de una manera impensable, pero las durísimas condiciones de unos Juegos de Invierno y el esfuerzo de los atletas sigue siendo el mismo. El mismo frío, los mismos gestos, el mismo compromiso con la excelencia en un entorno absolutamente hostil.
Agencias - España
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