-¿Cómo está hoy República Dominicana? ¿Qué impacto tuvo la pandemia en el contexto social y económico y en la industria publicitaria del país?

-Al igual que todo el mundo, República Dominicana ha sido impactada considerablemente por este fenómeno, que ha afectado duramente la economía y toda la sociedad. Llegamos a ocupar el tercer lugar en términos de mayor incremento de precios de Latinoamérica, situación que afecta, sin duda, a la industria de la publicidad, que es un reflejo vivo de la dinámica social y económica de cada país. Nadie puede ocultar que fueron días duros, y aún se mantienen ciertos niveles de incertidumbre.

Sin embargo, cada vez más, las marcas comienzan a enfilar sus estrategias de comunicación de una manera más cercana y conciente, replanteando el panorama mismo del negocio, en busca de poder ayudar y aportar a la gente soluciones que les ayuden a apalear mejor la situación, a la vez que se logra una mejor identificación y relación entre ambos. En cuanto a la industria de la publicidad, ya se ve una luz al final del túnel. Fueron días duros, de readaptarse a un nuevo normal, en que las formas de pensar y actuar cambiaron para siempre, de manera positiva. Aun en los malos momentos, podemos aprender y visualizar oportunidades para reinventarnos y relanzarnos como industria.

-En este periodo de pandemia, ¿cuáles fueron los principales cambios en Cazar 3 y en sus liderazgos? ¿Cómo se adaptaron para seguir adelante, tanto a nivel negocios como en el área creativa?

-Paradójicamente, aunque han sido momentos de mucha incertidumbre para la industria, en nuestro caso particular, fue un período que vino cargado de cambios positivos. Pasamos a ser una agencia independiente local con pensamiento global, donde podemos seguir creciendo con total libertad e independencia. Al mismo tiempo, realizamos los ajustes necesarios para poder seguir brindado un producto creativo de calidad, de la mano de estrategias de mercado efectivas y de impacto.

Durante este período, tuvimos la oportunidad de liderar grandes retos de comunicación, los cuales nos permitieron mantener viva esa chispa creativa, nuestras mentes en movimiento, ayudándonos a hacer más llevadero el momento y, al mismo tiempo, mantener activo ese espíritu luchador, colaborando con grandes proyectos de comunicación. En uno en particular, su objetivo era precisamente invitar y motivar a las personas a ver el lado positivo de la vida, para así poder seguir adelante como nación.

-¿Cómo definiría la filosofía y cultura de su agencia y cómo la pudieron mantenerlas en un modelo de trabajo a distancia?

-Cazar 3, más que un lugar de trabajo, es una familia. Eso nos permite que todos nos manejemos como tal, primando así el espíritu de colaboración y trabajo en equipo, en donde el interés común por dar lo mejor a nuestros clientes siempre tendrá como resultado campañas de comunicación hechas a su medida. En principio, el trabajo a distancia fue un reto, pues veníamos de un proceso de trabajo cara a cara, donde la energía de los brainstorming se sentía en el ambiente. De pronto, pasamos a la frialdad de la virtualidad y nos tomó tiempo adaptarnos y poder salir adelante con este nuevo sistema de trabajo, sin perder esa chispa que nos caracterizaba.

Cada uno desde su hogar trató de dejar a un lado la presión y tensión de la situación para poder concentrarse en el día a día de la agencia. Como agencia y en lo personal, entiendo que la creatividad es el epicentro de toda acción de comunicación, pues le imprime espontaneidad, originalidad y a su vez las emociones necesarias para conectar de una manera natural y real cada día más con los consumidores. En pocas palabras, es la base de todo lo que hacemos.

-Luego de este período tan difícil, ¿cómo cambió la relación agencia- anunciante?

-Cuando la relación agencia y cliente es auténtica y verdadera, los retos que trae consigo cada día se superan mejor, y este caso no fue la excepción en Cazar3. Como un solo equipo (agencia/cliente), realizamos jornadas de trabajo en busca de identificar las mejores acciones para poder salir adelante. Esta fue una gran prueba, la cual afianzó la relación, pues fue más que evidente nuestro compromiso con cada uno de nuestros clientes.

Sin pensar en presupuestos ni procesos administrativos, pusimos todo nuestro empeño, adecuando la comunicación a los tiempos que estábamos viviendo. Durante el primer año y medio, sin lugar a dudas, lo más importante fue y será el ser comprensivos y empáticos con la situación. Cada marca en particular sufrió de manera diferente los cambios y, por tal razón, debíamos ponernos en los zapatos de cada uno para así poder llevarles un producto creativo relevante y efectivo, pero que fuera realizable.

*Para leer la nota completa a Salvador Lister, DGC de Cazar 3, quien comparte su mirada hacia las más recientes transformaciones de la industria publicitaria en República Dominicana y en la industria creativa en particular, entrá aquí.

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