El año es 1964, un período político difícil en Brasil, pero el comienzo de uno de los mayores legados deportivos del país, seguido por Aída dos Santos. Mujer negra y pobre, fue la primera atleta brasileña en participar en los Juegos de Tokio, en medio de una delegación exclusivamente masculina. Criada en una comunidad de Niterói, en Río de Janeiro, Aída fue sola al otro lado del planeta, sin dinero ni entrenador, ni uniforme para competir. Sin estructura ni apoyo. Pero, en contra de todas las estimaciones, hizo historia y volvió con el cuarto puesto en salto de altura, el mejor resultado individual de un atleta brasileño en más de 30 años. Arrojando luz sobre esta trayectoria tan importante y, al mismo tiempo, extremadamente difícil y aún poco reconocida, el Centauro honra a Aida con "El uniforme que nunca existió".
La mayor red multicanal de artículos deportivos de América Latina, que lleva en sus valores la democratización del acceso y el estímulo al desarrollo del deporte en el país, invitó a la estilista de ModAtivismo, Carol Barreto, a crear y producir piezas únicas del uniforme que debería haber acompañado a Aída en sus competiciones, inspiradas en la trayectoria de la ex atleta. Además de agradecerle, el diseño, la fabricación y la entrega del uniforme que nunca recibió pretende realzar sus logros, contar su historia y destacar que es necesario hacer algo diferente. También es importante recordar que muchas jóvenes pueden seguir un camino mejor y menos arduo, con más inclusión y fomento del deporte.
"El legado que nos dejó Aída tiene que ser recordado para siempre, con más valor y reconocimiento. Sabemos que no podemos cambiar los errores y actitudes del pasado, pero debemos hacer cambios ahora, desde ahora. Homenajear a Aída es un paso en el intento de replantear un momento notable, pero también muy triste en su historia y en la de tantos otros deportistas. Y Centauro, como parte de un ecosistema que cree en el deporte como agente de cambio de vida, se siente muy honrado de poder homenajearla con algo que, aunque sea tan sencillo, es tan significativo para todos los deportistas", comenta Gustavo Milo, director ejecutivo de marketing de la cadena.
Ahora, con 84 años y sin ver ningún detalle previo del traje, Aída fue invitada a recibir su uniforme en la pista de atletismo del Estadio Olímpico Nilton Santos, en Engenhao, en Río de Janeiro. La emoción de ese momento fue captada y transformada en una película llamada "El uniforme que nunca existió", con voz de una de las mayores cantantes y compositoras de Brasil, Sandra de Sá.
Creada por la agencia TracyLocke Brasil y producida por Lady Bird, con dirección escénica de Giorgia Prates, la producción sigue la sorprendente entrega del uniforme, además de traer testimonios de la atleta, participación de Carol Barreto, pasajes en el estudio del estilista y, sobre todo, imágenes del pasado y del presente de todo el recorrido de Aída dos Santos. Además de la película, la campaña también incluye una acción con influencers y personalidades del deporte, realizada por la agencia Giusti, con el objetivo de ampliar la repercusión de esta historia, y una estrategia de medios en Rede Globo, con inserciones en GE São Paulo (TV) y digital.
"Concebimos la idea del Uniforme que nunca existió hace 9 meses en TracyLocke Brasil. Fue un verdadero embarazo. Un proyecto que ha dejado muchas lágrimas en su camino y que nos llena de orgullo. No sólo por el homenaje a Aída do Santos, que sería suficiente, sino también por tener la oportunidad de pensar y poder contar con profesionales de talento, de la talla de Aída, para liderar este proyecto. Carol Barreto, estilista, creadora del uniforme. Giorgia Prates, directora que tuvo la sensibilidad adecuada para contar esta historia y la inconfundible voz de Sandra Sá. La sensación es de misión cumplida al entregar el uniforme a Aída de esta manera", comenta Daniel Ottoni, CCO de TracyLocke Brasil.
Los uniformes y sus legados
Creados por la estilista Carol Barreto, creadora del proyecto ModAtivismo, que trabaja para unir la moda con el activismo feminista y antirracista, los dos uniformes realizados para Aída están cargados de significado y símbolos, representando sus recuerdos.
Uno de ellos es el maillot de entrenamiento con detalles dorados en los laterales de las caderas, creando continuidad a las líneas sinuosas y reforzando la idea de movimiento, fluidez, agilidad, feminidad, además de simbolizar el oro. En un tono verde mezclado con amarillo, los detalles elásticos llevan el nombre de la atleta. Este mismo elástico adorna la parte superior de las sisas y el bajo del mono, que dibuja la letra "A" en posición invertida en la espalda. Las pistas de atletismo también se interpretan en los laterales de la cintura en color terracota, con líneas blancas.
El uniforme de la delegación se compone de una chaqueta y un pantalón en color dorado y azul. En la parte superior, los bolsillos delanteros están personalizados con estampados inspirados en el lugar donde Aída vivió con su familia, en Niterói, Río de Janeiro. En el centro de la espalda, un bordado destaca la imagen de la atleta saltando, símbolo del proyecto. Mientras tanto, el pecho tiene un sello del 22, considerado su número de la suerte. La chaqueta también tiene una capucha estructurada, diseñada para no ocultar el bordado de la espalda y mantener la funcionalidad y practicidad de la ropa deportiva.
En una edición limitada, se han producido 20 piezas exclusivas, que se pueden encontrar en la web de Centauro www.centauro.com.br/aidadossantos. Los ingresos generados por las ventas se donarán a las 13 ONGs atendidas por Centauro Transforma, un programa que se compromete a apoyar a las organizaciones que hacen del deporte una palanca de inclusión educativa y social, especialmente para jóvenes y niños en situación de vulnerabilidad.
+ Información www.transforma.centauro.com.br
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