Algo estaba claro desde el principio: había que cambiar la fórmula para sorprender por otro flanco. Salir de la espectacularidad, el golpe de efecto y la postproducción. Volver a lo básico: una historia lineal con personajes muy reales contada desde un discurso netamente cinematográfico.
Castillos, una ciudad del este de Uruguay no exenta de cierta mitología oscura, era el lugar perfecto para dar vida a esta historia. Así el plan se puso en marcha. Una vieja hondita 50 con un altoparlante recorrió durante dos días las calles del pueblo, invitando a participar en el rodaje. La respuesta de los locales superó todas las expectativas. Un entusiasmo increíble se leía en la cara de los cientos de personas de todas edades que se presentaron al casting.
Las dos calurosas jornadas de rodaje fueron sin dudas un esfuerzo conjunto. La impecable labor en fotografía de Pedro Luque, el esfuerzo incansable de los técnicos de Oriental y el empuje atlético de los integrantes del Cuarteto le hicieron las cosas fáciles a Charly Gutierrez.
El resultado está a la vista en el video. Pero hay otra parte que no se ve y merece ser contada: el rodaje fue un verdadero acontecimiento que revolucionó la ciudad de Castillos y les dio la chance de conocer a su gente y compartir una experiencia intensa. Por eso el equipo de Orienta puede afirmar con certeza que Castillos es la ciudad más amable, afectuosa y entusiasta que hemos conocido.
* El videoclip: "Miguel Gritar"