La Despedida, es una película que intenta mezclar lo mejor de dos mundos supuestos antagónicos: la cultural popular y el cine independiente. Intenta lograr un cine que esté dentro de las estructuras de lo comercial manteniendo un espíritu libre, en el que los valores humanos y las posibilidades de contar una historia, siguen partiendo de espacios personales. Su estética busca narrar con simpleza a personajes que puedan lograr sentimientos de identificación con la gente, y que a su vez estén en el marco de un espacio de entretenimiento, llevando al espectador a conectarse con distintas emociones como el humor, el recuerdo, la empatía y la nostalgia. Sensaciones y emociones que llevan a La Despedida por un viaje que busca ir retratando esos vínculos que nos representan y nos pertenecen.
José (Carlos Issa) es un humilde cuarentón, empleado público, que no ha hecho mucho con su vida salvo saber ser el goleador amateur de Juventud Unida Futbol Club. Obsesionado con el futbol, arrastra una enfermedad que ha empeorado y que mantiene en secreto. Su vida está en un momento difícil. Su club está a punto de descender. Su técnico, Caruso, no lo tiene más en cuenta. Su Mujer Andrea (Natalia Lobo), le pide día tras día tener un hijo. Y sus amigos, Fede (Rifle Pandolfi) y Rossi (Héctor Díaz), están sentados junto a él en un banco de suplementes que los tiene detenidos en el tiempo. Su médico le ha ordenado que deje de jugar al futbol ya que su vida corre riesgo, si lo hace. Pero José sabe que dejar de jugar es asumir el final, y decide, entonces jugar las fichas a su manera. Así es que José decide tomas el último partido en el club y convertido en una despedida para él y sus amigos, haciendo lo que sea con tal de jugar. El partido a mas de 300 km de la ciudad se convierte de esta manera, en una enorme excusa para hacer un último viaje, que entre bidones adulterados, amores, confesiones y goles, nos pueda hacer recordar de que se trata esto de estar vivos.