Juan Carlos Arradiada reconoce que el objetivo a largo plazo de Chile Films es tener una compañía de producción ejecutiva que sea capaz de encontrar o desarrollar poroyectos exitosos y de trascendencia latinoamericana o mundial. Además, señala que hoy un proyecto de tal escala puede darse dada la importancia de nuestra región en el mercado internacional de producción debido al talento en la dirección, la actuación, la fotografía y la variedad de las locaciones. A continuación, la entrevista a Juan Carlos Arradiada: -¿Cómo está estructurada Chile Films en la actualidad? -Chile Films es la casa matriz de todas las filiales de Cinecolor. Tiene operaciones en Argentina, con Cinecolor Post y Cinecolor Laboratorio. En Cinecolor Brasil, laboratorio, y Megacolor, casa de postproducción asociada con estudios Mega. Y en México, Cinecolor México, laboratorio. En Chile estamos más diversificados que en el resto de los países. El mercado es más pequeño, por lo tanto, tenemos más actividades. Específicamente, un área de servicios que tiene dos patas: por un lado, la parte de servicios de producción para productoras de contenidos televisivios, y por otro, equipos móviles de televisión, por los que hacemos transmisiones deportivas y musicales (trabajamos para Fox, ESPN, entre otros). También contamos con una subsidiaria que se dedica a la distribución de cine, Andes Films, que opera en Chile y Perú. Y representa a Colombia, a Buena Vista, y al cine independiente. Además, hay una línea de negocios dedicada a la exhibición de cine: 48 pantallas distribuidas a lo largo de todo el país. Y tenemos negocios más pequeños, como el manejo de la publicidad en cines, con Avicine, y alguna cosa en el negocio discográfico. Estamos más diversificados. Y dentro del área de postproducción, que también está presente en Argentina y Brasil, contamos con un área de efectos especiales y computación gráfica que es más grande que en el resto de los países. -¿Por qué Chile Films es Chile Films y en el resto de latinoamérica es Cinecolor? -La marca Cinecolor es muy importante en el rubro de los laboratorios de cine. Es una marca que adquirimos en 1995, cuando sumamos Videocolor y Cinecolor a nuestro grupo de empresas. Tiene un prestigio, principalmente, en todo el Atlántico. El caso de Chile Films es el de una empresa que nace en el año 1942, o sea, tiene cuarenta años más que Cinecolor. Y se forjó un nombre, a base de esfuerzo, en toda la costa americana del Pacífico. Yo diría que Cinecolor hoy en día representa nuestras operaciones de laboratorio. Incluso podría decir que el laboratorio de Chile Films es una actividad del grupo de laboratorios de Cinecolor. Cambiarle el nombre a la casa matriz es algo muy complejo. Hay una reactividad del mercado tradicional y habitual de Chile Films. Incluso nuestra idea es que Chile Films sea como el holding y que cada línea de negocios tenga su propia identidad. Aunque es muy complejo, tarde o temprano vamos a unificar el tema. -¿Cuáles son los proyectos fuertes de Chile Films? -Tenemos actividades en todas las líneas de negocio. Dependiendo de cómo se mueve el mercado, hay algunas que son más florecientes. Lo sustancial es la publicidad, allí somos muy fuertes. Exportamos muchos servicios de postproducción para publicidad. Además, estamos retomando el tema de la producción televisiva y los servicios. Estamos haciendo la trasmisión por televisión de ocho partidos de fútbol por semana, aparte de las copas internacionales. Y, por otro lado, la parte de cinematografía ha sido un boom en los últimos tiempos. En los últimos tres años ha habido una verdadera explosión de proyectos que nacen y se concretan. Y en el área de computación gráfica, estamos exportando servicios para la cuenta de Colgate en todo el Pacífico. -¿Están pensando en desarrollar el área de producción? -Definitivamente. En el área cinematográfica acabamos de crear una compañía que se llama Imagen Films, que es un asociación con la productora Nueva Imagen, una empresa con mucha trayectoria en la producción televisiva y cinematográfica. De hecho, nuestra primera incursión en el cine fue con ellos: Paraiso B, de Nicolás Acuña. El objetivo de ese film era presionar real y concretamente a toda nuestra infraestructura para ver si podíamos insertarnos en la postproducción cinematográfica. Desde el año pasado, existe Imagen Films, gerenciada por Marcelo Ferrari, director de cine. Y es una empresa con la que buscamos repertir el fenómeno que logró Patagonik en la Argentina. Es decir, que el objetivo a largo plazo es tener una compañía de producción ejecutiva, seria, dinámica y que sea capaz de encontrar o desarrollar poroyectos exitosos y de trascendencia latinoamericana o mundial. Nos hemos dado cuenta que, para la cinematografía, el mercado nacional es muy pequeño, su público es muy duro (no crece en cantidad). Por lo tanto, la posibilidad de lograr el éxito produciendo sólo para Chile es muy limitada. Entonces, el horizonte de Imagen Films es llegar a hacer algo similar a lo que hace Patagonik hoy día. -¿Tiene Chile la capacidad para generar un producto cinematográfico que sea aceptable según los estándares de otro países? -Creo que, como todos, estamos evolucionando hacia un mercado global. Como ejemplos de películas no localistas tenemos a Machuca, de Andrés Wood, que, a pesar de que es una historia nacional, es una visión global de los niños tratada a través de un acontecimiento histórico. Es un producto orientado al mundo, y ha tenido la suerte de tener éxito en España, en Italia y en el Festival de Mar del Plata se ganó el premio SICA. Nosotros la coproducimos y postproducimos. Es un ejemplo del tipo de cine al que tenemos que apuntar. En este sentido estamos trabajando con Regina Rodríguez de Prochile, que es la oficina del Ministerio de Relaciones Exteriores Chileno que promueve a Chile en el mundo. Y nos están ayudando Marisa Murgier de Cinecolor Argentina y Pascual Condito de la distribuidora Primer Plano Film Group, para hacer un estreno conjunto de Machuca y Cachimba, otra película en la que participamos, en ese país. Queremos establecer una metodología para que nuestro cine, que se está abriendo al mundo, sea recibido por mayor cantidad de gente. Además, estamos incorporando talento de distintas partes de la región para darle más internacionalidad. Si apoyamos a estas primeras películas, se van a generar más trabajos y va a ser beneficioso para todos. -¿Qué presupuestos están manejando para cine? -En los proyectos en los que Chile Films ha coproducido, ha aportado los servicios de postproducción y no tenemos mayor referencia a los presupuestos de producción. Pero sí puedo hablar de lo que estamos haciendo con Imagen Films. En el Mercado del Film del Festival de Mar del Plata presentamos dos proyectos. Uno se llama Mi primer desnudo, una comedia romántica con un guión muy entretenido y con un presupuesto de 500 mil dolares. Y también tenemos un proyecto que se llama Santa María de las Flores Negras, una película en la que se cruza la ficción con el documental, cercano a los dos millones de dólares. Dentro de Chile Films, pero fuera de Imagen Films, estamos desarrollando otro proyecto, que se llama Caleuche, en asociación con Jorgue Olguín, exitoso director de cine fantástico y de terror. Una película basada en la mitología de la isla de Chiloe, en creencias populares llevadas a la pantalla, una historia central interpretable y accesible por todo el mundo. Y que tiene un alto requerimiento de postproducción. Queremos darle un look muy parecido a El Señor de los Anillos. -Es una aspiración grande… -Sí, es un desafío muy interesante. Presentamos el proyecto en el Mercado del Film, porque estamos en la búsqueda de un coproductor argentino. También estamos buscando una coproducción española. Queremos darle este formato internacional a la película. Uno puede decir que la historia es muy local, pero yo pienso en El Señor de los Anillos, que tampoco es de ningún lado. Es cine fantástico y creemos que podemos hacer algo parecido. Es un desarrollo lógico. En algún momento, la industria nacional tenía que intentarlo. Nosotros estamos aprendiendo mucho y estamos desarrollando habilidades que estarán disponibles para todo el mercado. A lo mejor en el futuro haya en Latinoamérica dos o tres proyectos en esa onda. Pero no estará la duda acerca de la capacidad de producción, sino que va a ser un dato. Creo que lo podemos hacer, lo podemos hacer con el mísmo estándar que los norteamericanos e, incluso, mejor. Entonces, se abre un campo hacia el desarrollo de ideas y guiones que pueden tener partes que demanden cierta cantidad de recursos e infraestructuras porque ya están disponibles. En Latinoamérica se puede hacer y se puede hacer bien. -¿Cree que en Latinoamérica se pueden llegar a concretar grandes producciones? -Hoy en día, Latinoamérica es un polo de atracción para los mercados europeos y americanos. Hoy en día nadie duda del talento que hay en la región, tanto en dirección, actuación como en fotografía. Y somos países en los que se consiguen absolutamente todos los paisajes. Desde el punto de vista de la infraestructura si bien nuestros mercados son más pequeños, tenemos la tecnología al nivel de Europa y Estados Unidos. Pero nuestros precios son el 50% más bajos. Así que el tema de la calidad no es un enigma, sino un problema que ya está resuelto. Por eso tanto en Argentina como en Chile los mercados se están volviendo a la venta de servicios para Europa.