La redacción del texto constitucional realizada en democracia fue la salida política que encontró Chile para apaciguar las protestas de 2019 que reclamaban, entre otras cosas, por mayor justicia social y participación popular. El texto fue redactado por 154 ciudadanos reunidos en una Convención Constituyente elegida por votación popular. La pregunta que los chilenos deben responder es: "¿Aprueba usted el texto de la Nueva Constitución propuesto por la Convención Constituyente?". Las opciones de respuesta son "aprobar" o "rechazar". En caso de aprobarse Chile volverá a tener una Constitución nacida de la democracia y la participación ciudadana. En caso de ser rechazada, Chile seguirá teniendo la constitución surgida de una dictadura.
Ayer se finalizó el período de campaña y a partir de hoy también quedan prohibidos los actos o manifestaciones públicas. Por el lado del "si", hubo intensas movilizaciones convocando a los votantes de puerta en puerta para alcanzar la meta de visitar 2 millones de hogares.
Por otra parte, los sectores que defienden rechazar el texto están más enfocados en la campaña en las redes sociales. Hay también un sector de izquierda que pide el voto nulo, afirmando que el texto no representa los deseos de los sectores que se movilizaron en octubre de 2019, cambiando poco el carácter neoliberal del Estado chileno.
De aprobarse el texto constitucional, el presidente de Chile Gabriel Boric tiene hasta cinco días para convocar una sesión extraordinaria del Congreso para promulgar y jurar acatar la nueva constitución, tal como determina la legislación vigente. Luego, habrá un plazo de diez días para que el nuevo texto sea publicado en el Diario Oficial de la Unión y entrar en vigor. Además, la nueva Carta Magna deberá ser impresa y distribuida gratuitamente en las instituciones públicas vinculadas a los tres poderes, bibliotecas, escuelas, universidades y empresas estatales.
Caso sea rechazada, los partidos de la coalición de la que forma parte el actual presidente Gabriel Boric, firmaron un acuerdo para llevar a cabo las reformas contenidas en la nueva propuesta constitucional. Por otra parte, el grupo que defiende rechazar el texto propone un nuevo plebiscito para definir cómo será el mecanismo para la elaboración de una nueva Carta Magna.
El proceso constituyente chileno comenzó en 2019, con un acuerdo firmado en noviembre entre un grupo de partidos y el gobierno del entonces presidente Sebastián Piñera, poniendo fin a una de las manifestaciones más grandes de la historia reciente del país. El actual presidente, Gabriel Boric, entonces diputado, fue uno de los 11 diputados que firmaron el documento.
La convención inició sus trabajos el 4 de julio de 2021, presidida por Elisa Loncón, profesora universitaria de liderazgo mapuche. El Ejecutivo seguía encabezado por Sebastián Piñera. Seis meses después, María Elisa Quinteros Cáceres asumió como segunda presidenta de la constituyente.
El texto de la nueva Constitución de la Democracia consagra principios como la transparencia, la igualdad, libertad de pensamiento y de expresión; el respeto a las diversidades, los acuerdos de las mayorías y la garantía del derecho al voto libre, igualitario, secreto y universal.
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