Este año, bajo el lema "Haciendo Patria con Molina Campos", los clásicos envoltorios rosados de las tabletas fueron especialmente rediseñados con la reproducción de cuatro obras famosas del pintor argentino: "A la escuela", "Bravo corcoveando", "Calentando el horno" y "El baile". Además, en el interior del pack se podrá leer un relato sobre el momento histórico retratado en sus obras y datos biográficos del autor.
Florencio Molina Campos (1891-1959) dedicó toda su vida a difundir la cultura y la forma de vida de los criollos. Gran parte de su producción pertenece al género caricaturesco y demuestra que fue un observador agudo de la realidad nacional. El grado de detalle de sus pinturas las ha convertido incluso en documentos de época y las escenas en ellas retratadas dejaron una huella profunda en el imaginario cultural argentino.
"Elegimos compartir con los consumidores estas obras de Molina Campos para revalorizar costumbres y escenas que forman parte de la herencia cultural argentina. Con cada edición de Fechas Patrias, buscamos fortalecer el vínculo de Aguila con las tradiciones que nunca cambian", comenta Bernardo Aguirre, responsable de la marca.
Desde 1880 Aguila representa trayectoria y prestigio. A través del clásico chocolate caliente, se revive esta tradición en cada conmemoración de la Revolución de Mayo.
Comentarios sobre las obras de la edición especial "Haciendo Patria con F. Molina Campos"
A la escuela - 1943
A Molina Campos le interesaba especialmente la educación. Parte de su vida vivió en Moreno, cuando aún era zona rural. Desde su rancho veía pasar a los chicos, que debían atravesar grandes distancias para llegar a la escuela del pueblo. Unos años antes de su muerte construyó una escuela rural en el terreno de su casa y junto a su esposa le dieron clases a esos mismos chicos que pintó en cuadros inolvidables como "Escuelita crioya" o "A la escuela".
Bravo corcoveando - 1928
El caballo es un personaje fundacional en la historia argentina, en la creación de la Patria, y como tal es personaje protagónico en muchos de los cuadros de Molina Campos. La doma es, aún hoy, una actividad habitual y necesaria, central en las tareas rurales. Este pintor lo ha mostrado al detalle en muchas de sus pinturas: caballos briosos, sudados, con las venas hinchadas, las crines largas. El jinete sin embargo, trata al caballo con respeto y con cariño, no lo daña, no lo maltrata. Lo cuida en el descanso y lo "empilcha" en días de fiesta, porque el caballo es su herramienta y su gran compañero.
Calentando el horno - 1929
Entre muchas situaciones del hombre haciendo patria, Molina Campos pintó en cada cuadro infinidad de detalles de la vida de los paisanos; los días de trabajo áspero, bajo el sol o la lluvia, el merecido descanso y también sus romances. En sus cuadros dejó plasmadas costumbres y usos que se han mantenido vigentes de generación en generación. El mate, sin duda uno de los símbolos argentinos junto con el asado y el dulce de leche. Mirando los hornos de barro de sus pinturas casi se puede sentir el olorcito del pan, las empanadas y la leña, y sonreír.
El baile - 1927
Molina Campos pintó no sólo las jornadas arduas de trabajo de los paisanos, sino también sus celebraciones. Estas estampas incluyen, además de la guitarreada y el baile, la comida, infaltable en las fiestas argentinas. Los festejos en el campo que empiezan a plena luz del día, con una gran pava para el mate, con la olla de fierro grande para freír pastelitos y torta fritas, el horno de barro para las empanadas, y el asador y las brasas para cocinar un lechón o cordero.