En agosto de 2014 Ogilvy Nueva York ganaba la cuenta de Coca Cola Zero y las expectativas eran muchas. Hace dos meses lanzaron su primera acción en el parque estatal White River de Indianapolis: un cartel que se conectaba con una máquina que expendía la bebida carbonatada sin azúcar. 75 válvulas, 16 sensores y cuatro bombas de presión empujaban la gaseosa a través del los tubos que simulaban ser sorbetes, todo eso en una estructura que rondó los 10 mil kilos.
Luego, difundieron un comercial para televisión, que hoy sigue en el aire. En él se pide a los televidentes que activen la app Shazam y la direccionen hacia el televisor. Una botella de Coca Zero aparece en pantalla y empieza a derramar todo su contenido, pero no se exhibe en dónde lo deposita. Acto seguido, el líquido aparece en la misma pantalla del dispositivo, llenando un vaso lleno de hielo.
Pero no se trata solo de una iniciativa innovadora, también hay un premio. A todos los que lo hicieron, y llenaron su vaso con la bebida, les apareció un código QR en pantalla, válido por una Coca Zero en distintos locales dentro de Estados Unidos. El spot se transmitió en distintos eventos deportivos, como la NBA, hecho que incrementó su recepción.
La misma idea la aplicaron a distintos formatos como radio, gráfica (en donde el aviso se convertía en un vaso), flyers (que se transformaban en sorbetes), redes sociales y carteles interactivos en vía pública. Si bien la app fue fundamental, Bossa NYC, la productora integral, también fue una pata importante dentro del proyecto.
Coca Zero y Ogilvy Nueva York iniciaron sus relaciones comerciales y creativas hace menos de un año, pero ya brindan con la mejor bebida gracias a acciones integrales como esta.