-¿Podría hacer una evaluación de los seis meses de su gestión como Presidente de Conspiração?
-Encontré una empresa muy bien organizada. Tenemos núcleos de negocio: publicidad, concept, que trabaja mucho en el mundo de la publicidad, y corp, que opera directamente con los clientes ofreciendo contenido corporativo de calidad. De hecho ganamos el Grand Prix en el primer festival de Cannes Corp y dos leones de Oro este año. Esta área tiene un potencial de crecimiento muy grande. Además de eso, tenemos el área de entretenimiento que abarca Cine y TV. En Cine, Conspiração es la productora con mayor volumen de producción. Ya realizamos en total 27 largometrajes y el año pasado respondimos por 30% de la taquilla de las producciones brasileñas.
-¿Cuáles considera son sus principales desafíos para los próximos meses?
-Tenemos grandes desafíos. Primero es el tema de infraestructura. La empresa creció mucho, muy rápidamente y la estructura suele no acompañar en la misma velocidad. El segundo desafío en el cual estamos trabajando ahora, es la creación de una nueva unidad llamada Planeamiento y Control de Producción (PCP), con la cual buscamos enfocarnos en producir más barato, de forma más económica, lo cual es muy importante en un mercado tan grande y caro como el nuestro. En este momento estamos desarrollando diversos procesos en el área de producción, empezando por el departamento de transporte. Contratamos a Eneide Maia, que vino del área de PCP de Rede Record (canal de televisión abierta de Brasil) y ya había trabajado en la implantación de esa estructura en su trabajo anterior. La idea es apropiarse de nuestros proveedores que están hoy muy divididos en esas unidades de la empresa, con el objetivo de comprar mejor y en mayor volumen para reducir costos, un proceso innovador en el rubro de productoras. Estamos ahora enfocados en adquisiciones en áreas que no están directamente ligadas a lo que hacemos, como por ejemplo, distribución. Hay una tendencia de crecimiento en el rubro de distribución de películas, sobre todo por el aumento del número de salas de cine en el país, en ciudades menores, hay regiones con muy pocas salas de cine. Es importante para nosotros entrar a ese mercado porque ganamos en la otra punta de la distribución.
-El mercado audiovisual brasileño vive un momento único, luego de algunas leyes que fortalecieron la producción local, ¿cómo vive Conspiração esa fase de expansión?
-En el área de publicidad es muy positivo, porque la producción publicitaria vive un momento muy difícil.Estamos presionados por un lado por las mesas de compra de las agencias y por su nueva manera de negociar, en la cual la calidad no es lo principal, sino el precio; y por el otro, por cómo están organizados nuestros proveedores. Para mejorar la presión desde abajo ya estamos trabajando en la optimización de los procesos. Para arriba, sin embargo, los clientes son muy poderosos, por lo que sin una ayuda regulatoria sería muy difícil avanzar. Hubo un momento en que muchas agencias se fueron a trabajar a otros países. La tributación de la importación de films tuvo un impacto muy positivo para las productoras. Según datos de la Apro (Asociación Brasileña de la Producción de Obras Audiovisuales), antes de la regulación, importábamos cerca de 600 films a cada año. Este año se importaron nada más que 50 films, es decir, 450 films volvieron al mercado. (La Ley 12.599 estableció una tributación especial sobre la importación de películas, frenando el movimiento de producciones brasileñas realizadas en el extranjero). En relación a la ley que protege al contenido local, vivimos un momento mágico porque nunca tuvimos una demanda tan grande. En Televisión en estos momentos, tenemos a 27 programas, siendo 9 series dramatúrgicas, en fase de desarrollo, producción o cierre de negociaciones.
-¿Cómo evalúa el momento actual de la industria publicitaria brasileña?
-Creo que el mercado brasileño vive un dilema fruto de su especificidad en relación a los modelos de negociación entre medios y agencias. Este modelo funcionó para los dos lados. La cuestión es que la comunicación cambió y en ese momento esta estructura dificulta la tomada de riesgo en otras áreas de la comunicación. Ahora con la sofisticación de los medios y el surgimiento de las redes sociales nos quedamos atrás en relación al mundo. Nuestro modelo es tan fuerte que las agencias no se estructuraron porque no lo necesitaban. En contenido, las agencias no descubrieron aún cómo van a ganar dinero, sobre todo porque están basadas en el modelo anterior, que siempre funcionó muy bien. Sin embargo, hay una presión de los anunciantes para romper o, como mínimo, flexibilizar ese modelo para que puedan participar más activamente de las otras oportunidades del mercado. Incluso los medios más tradicionales, quienes crearon ese modelo, también pasan a operar en estos otros formatos de comunicación. Va a ser necesario mucho planeamiento.
-¿Cree que el público puede ser también el motor de esos cambios?
-Creo que el público, sin duda, tiene un papel fundamental en esos cambios. Antes tenía una postura pasiva, con sus cinco canales de TV abierta. Ahora, la fiesta es en su casa, tenemos que ser invitados y si no llevamos el vino, no entramos. El vino representa el entretenimiento, llevarle lo que efectivamente quiere consumir en aquel momento, una inversión muy importante de roles. Después del público vienen los anunciantes. La presión sobre agencias y medios viene también de los anunciantes que se dan cuenta con mucha velocidad de esos cambios. Tienen el poder del punto de venta, que les cuentan todos los días lo que está pasando con su producto, un termómetro muy eficaz. De todas formas, no será tan sencillo que se den esos cambios.