Esteban Martucci dialogó con LatinSpots sobre la creación que puede verse en la página de Oil www.oilcommunication.com como intro, a modo de homenaje al pueblo japonés y como expresión de consternación y solidaridad.
A continuación la entrevista.
- ¿A qué se debe este trabajo? ¿Cómo surgió?
No fue un trabajo premeditado, fue una idea espontánea que se me ocurrió por mi propia necesidad de expresar el sentimiento de asombro, impotencia y congoja que me provocó la noticia del desastre en Japón.
Pensé en la bandera japonesa y vi la lágrima. Primero lo imaginé sólo como mi homenaje personal a Japón, país que conozco y admiro, para subirlo a mi Facebook, y así nació. Pero inmediatamente comenzó a viralizarse y a ser recogido por muchas personas que a su vez, lo regaron por todos lados.
Comencé a recibir comentarios de amigos y colegas, y luego felicitaciones y pedidos de amistad de gente que no conozco y no sé de dónde llegaba.
Allí me dí cuenta que la bandera había trascendido y que debía hacer algo, por eso entré a varios perfiles de Facebook abiertos en solidaridad con Japón y dejé mi post. Allí todo tomó otra dimensión. Varias personas de todo el mundo ya la han tomado y difundido. Y en cuatro días he tenido noticias de la India, de EEUU, de Suecia, Venezuela, Australia, Turkía, y aún sigue corriendo.
- ¿Por qué pensás que sucedió lo que sucedió?
Por dos factores conjuntos: Síntesis y Oportunidad.
La idea transmite un sentimiento profundo colectivo expresado en una mínima expresión. En sí, el diseño sólo intervino sobre el sol rojo de la bandera japonesa con dos vectores que lo convirtieron en un gota. Esa escasez de elementos le dio la fuerza que transmite la idea. El otro elemento fundamental fue la oportunidad. Publicarlo en el momento justo. Eso provocó sorpresa.