En Brasil, no es la primera vez que Burger King se aventura por el territorio político. En octubre del año pasado, en la época de las elecciones presidenciales, la marca lanzó una campaña contra el voto en blanco. Y en febrero de este año abordó el poliamor en un comercial que divulgaba la promoción King en Doble.
Sin embargo, ahora la irónica acción de Burger King fue más allá porque se metió directamente en una decisión política del Presidente de la República, una posición adoptada por la marca con mucho coraje. Inmediatamente generó polémica en las redes. La acción llegó a ser trend tropic en Twitter el viernes pasado con el hashtag #boicoteburgerking, creado por los apoyadores de Bolsonaro. Pero fue utilizada también por gente que salió a defender la marca.
El film divulgado en las redes sociales anunciaba: “Se busca elenco para comercial. Burger King está reclutando gente para su nuevo comercial. Para participar, basta cumplir con los siguientes requisitos: Haber participado de un comercial de banco que haya sido vetado y censurado en las últimas semanas. Puede ser hombre, mujer, negro, blanco, gay, heterosexual, joven, ancianos. Que le guste hacer selfies es opcional. En Burger King todos son bienvenidos. Siempre. Contáctanos por el mail: recrutafilme@burgerking.com.br”
La acción de DAVID y Burger King abre un precedente para que otras marcas empiecen a asumir posturas claras en contra de las inconcebibles decisiones de Bolsonaro, como fue la de censurar una campaña que bregaba junto al público joven por la diversidad.
Para entender el tema
A mediados de abril, el presidente brasileño determinó la suspensión de un comercial que integra la campaña “Selfie”, creada por la agencia WMcCann para el banco estatal. La campaña contaba con la participación de los "influencers" Cellbit y Hugo Gloss, en una comunicación enfocada en el público joven, que invita a la gente a abrir una cuenta en el banco por medio de su aplicación.
El comercial estaba siendo emitido en el país desde el principio de abril y a Bolsonaro no le gustó el tono de la campaña, que incluye un llamado a respetar las diversidades. La pieza muestra actores negros, jóvenes con tatuajes, gente moderna, un retrato de las nuevas generaciones desprejuiciadas.
Según el periodista Lauro Jardim, columnista del diario O Glogo, Bolsonaro se involucró personalmente en el tema del veto y habría llamado al Presidente del Banco de Brasil, Rubem Novaes, para reclamar del comercial. La polémica pieza le costó a Delano Valetim el cargo de Director de Comunicación y Marketing del banco.
Consultado por la prensa brasileña, Rubem Novaes explicó que a Bolsonaro y a él mismo no les gustó la campaña, pero no pudo explicar las razones. "El Presidente Bolsonaro y yo estamos de acuerdo con que la campaña debe ser sacada del aire. La salida del director de Marketing es una decisión de consenso, incluso con su propia aceptación”, dijo Noaves a la prensa brasileña. Horas más tarde declaró que el problema de la campaña es que falta “representatividad de otros perfiles de jóvenes brasileños”.
La polémica llegará con una queja a la ONU de parte de organizaciones de la sociedad civil, sobre todo las relacionadas a los derechos de los negros. "La comunidad negra pasó mucho tiempo intentando despertar a la sociedad para el respeto a la diversidad. Esa campaña consolida una conquista de los excluidos", dice Frei David, líder del movimiento negro Educafro, uno de los que confirmó que llevará el caso a la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.
La agencia WMcCann no quiso comentar el tema. Pero se sabe que hay un fuerte mal estar entre los publicistas brasileños, sobre todo con los de las agencias que detienen grandes cuentas públicas. Desde que asumió, Bolsonaro viene dando muestras de que va a interferir directamente en temas relacionados a la publicidad, no solo en lo que dice respeto a contenido, como lo hizo ahora, sino también en la estructura de funcionamiento de la industria publicitaria. En enero, a pocos días de asumir el gobierno, Bolsonaro ya había hecho contundentes declaraciones en contra del llamado BV, dinero que las agencias reciben de los medios como una especie de bono que varía según la cantidad de espacio comprado.
El Presidente del Banco do Brasil salió a dar declaraciones que confirman la censura de Bolsonaro sobre la campaña del Banco do Brasil. Y sus palabras demuestran el bajísimo nivel de pensamiento que tiene, en la misma línea de Bolsonaro. “Durante décadas, la izquierda brasileña deflagró una guerra cultural, intentando confrontar pobres y ricos, negros y blancos, mujeres y hombres, hombres y heterosexuales etc, etc. El "empoderamiento" de minorías era el instrumento usado en diversas manifestaciones culturales: telenovelas, películas, exposiciones de arte etc., donde se buscaba caracterizar al ciudadano "normal" como excepción y la excepción como regla", dijo Rubem en declaraciones a la BBC. Habría que preguntarle al Presidente del Banco do Brasil si no le parece que censurar una pieza de publicidad es, como mínimo, hacer lo que él mismo considera que ha "hecho mal" a los que llama de "izquierda brasileña". Y otra pregunta, no menos importante, que debería contestar es: ¿qué sería exactamente un "ciudadano normal"?
El sábado 27 de abril, Jair Bolsonaro también habló con la prensa brasileña sobre el tema, y siguió la misma línea de pensamiento de su funcionario, con su habitual y abrumadora sinceridad: "¿Quién indica y nombra al Presidente del banco, no soy yo? No necesito decir nada más. La línea cambió, el pueblo quiere respeto a la familia, nadie quiere perseguir a ninguna minoría. Y no queremos que se use el dinero público de esa manera. No es mi línea. Ustedes lo saben".
Ahora la información que circula en la prensa brasileña es de que todas la campañas publicitarias de sus empresas estatales deberán ser aprobadas con anterioridad pela Secretaría de Comunicación del gobierno de Bolsonaro.