(24/09/08). James Dawson-Hollis trabaja en una de las agencias más vanguardistas del mundo, es responsable de las campañas más reconocidas de su empresa para Burger King y será conferencista en la próxima edición de El Ojo de Iberoamérica. En esta entrevista, el vicepresidente y director creativo de Crispin, Porter + Bogusky, habla de sus inicios y de su actualidad en la agencia y de lo que espera de la publicidad en los próximos años.
A los 37 años, James Dawson-Hollis, es vicepresidente y director creativo de Crispin, Porter + Bogusky. Llegó a la publicidad porque se dio cuenta que para ser artista “hay que trabajar sólo y porque a veces resulta un poco serio”. Entonces, luego de que un amigo se lo propusiera, se divirtió durante algunos años en una pequeña boutique creativa en Nueva York, llamada Mad Dogs & Englishmen donde aprendió el oficio y realizó varios de los trabajos que le permitieron un tiempo después, ir con su carpeta a Crispin, Porter + Bogusky y quedar contratado.
Una vez allí, se insertó en el mundo Burger King, la marca con la creó algunas de sus mejores piezas, comenzando con la campaña Chicken Figth y pasando por éxitos a nivel mundial como el caso integral Simpsonizeme.
La actualidad lo encuentra instalado en Boulder, una ciudad en Colorado, Estados Unidos donde Crispin, Porter + Bogusky abrió una oficina con la ideas crear un ambiente de trabajo más relajado.
“Me sorprendió mucho, es un lugar lindísimo y lleno de naturaleza”, afirma Dawson-Hollis, quien además aclara que Miami le resultaba una ciudad difícil para vivir.
A continuación, el creativo que será parte del ciclo de conferencias de El Ojo de Iberoamérica de capacitación e inspiración, hace un repaso de su carrera, habla de sus procesos creativos y adelanta una parte de lo que será su charla en la próxima edición de El Ojo.
-Usted estudió Bellas Artes en Inglaterra y en Alemania, ¿qué fue lo que lo hizo volcarse a la publicidad?
-Yo estudié en la escuela de arte Chelsea en Londres, y una vez terminados mis estudios allí y de trabajar algún tiempo como artista en Europa, me fui a vivir a Estados Unidos, a Nueva York específicamente. Cuando recién llegué a la ciudad, comencé a hacer algunas cosas para distintos artistas y entre otras cosas, trabajé en una galería. Eso me dejó algo de plata como para tener mi propio estudio, por lo que me dediqué a eso por un tiempo. Finalmente me di cuenta de que cuando uno es artista, trabaja solo y eso me resultaba algo aburrido, yo buscaba algo más colaborativo, un poco más divertido. A veces, ser artista puede ser muy serio, y creo que en publicidad está permitido divertirse un poco más, siempre y cuando estés en un buen lugar.
-¿Y, cómo fue su primer contacto con la industria? ¿Hubo algún amigo que le hablara del tema o lo presentara en alguna empresa?
-Conocía a alguien que trabajaba en Mad Dogs and Englishmen –mi primer agencia- quien me dijo que podía ser un buen cambio para mí trabajar ahí. Cuando fui por primera vez a la oficina, no tenía mucha idea de lo que era la publicidad, pero si sentía mucha curiosidad y apenas llegué me sorprendí muchísimo.
-¿Cómo fue la experiencia de trabajar en Mad Dogs and Englishmen?
-No sé cuánto se conoce acerca de Mad Dogs en Latinoamérica, pero era una agencia bastante chica cuando yo empecé. En ese momento deberíamos haber sido 25 personas, pero cuando me fui ya había alrededor de 50 empleados. Llegar ahí, fue para mi conocer un nuevo ambiente, un ambiente divertido y relajado. Trabajé con gente, que quizás les sean familiar, como Michael Geach y Nick Cohen, los socios fundadores de la agencia, ellos son bastante conocidos, especialmente en Nueva York. La verdad es que fue una experiencia de aprendizaje muy buena y también fue muy divertida. Tenía mi escritorio casi dentro de la cocina porque en la oficina no había mucho espacio. Fue una época algo distendida, a veces llegaba a la agencia con bastante resaca y a nadie parecía importarle mucho. Fue más que nada aprender y tomar de cada persona que estaba allí lo que me servía a mi para crecer.
-¿Con qué marcas trabajó cuando estuvo allí?
-Cuando yo llegué a Mad Dogs, la agencia tenía alrededor de diez clientes, y yo trabajé con Gummy Bears, que es como una especie de caramelo de gelatina; con Kobrand Wines y también con una compañía aseguradora. Todos esos proyectos fueron principalmente en gráfica, no tuve demasiada experiencia en televisión en ese período. Además, realicé algunos trabajos para una ONG, que se llamaba GR Center y tenía un teatro en Nueva York. Con ellos hice dos comerciales que fueron de los más divertido que hice en esos años. El concepto de la campaña tenía que ver con el aburrimiento, con buscar algo alternativo para hacer en esos casos. Entonces, uno de los spots era sobre un hombre que se ponía queso en sus pantalones –debajo de la cintura- y trataba de lamerlo, buscando una manera de hacer más divertida la noche; y el otro era sobre una pareja que era atrapada en un avión, con un “aparato electronico” en sus manos, buscando pasar una noche más entretenida.
Llegar a las primeras líneas
-¿Cómo llegó a usted la oferta para unirse a Crispin, Porter + Bogusky (CP +B)? Y, ¿cuáles fueron sus expectativas antes de comenzar?
-Conocía a alguien que trabajaba en CP + B, una persona del departamento de cuentas, quien me comentó que estaban buscando gente y yo mandé mi carpeta como todo el mundo. La verdad es que no sabía bien que esperar de la agencia, pero lo que sí sabía era que el proceso de trabajo era bastante diferente al de la media. Además, mi amigo me había contado que había un gran ambiente, que todavía era una agencia chica y con mucha energía creativa. Yo estaba muy interesado en seguir aprendiendo y había mucha gente trabajando ahí, que yo respetaba mucho y de la que podía aprender.
-¿Cómo fueron sus primeros años allí?
-Sinceramente en un principio estaba muy nervioso y lo único que pensaba era que me iban a despedir, tenía ese miedo todos los días a cada minuto. Después todo eso cambió y entendí que no tenía que vivir en ese miedo constante. Los primeros años fueron un desafío, en CP + B siempre hubo un pensamiento totalmente innovador, diferentes formas de pensar y de acercarse a las cosas, y yo me fui adaptando a esa actitud realmente positiva. En la agencia siempre decimos: “por qué no podemos hacer esto, no hay razón por cual no podamos hacerlo”. Esa creo que es una de las principales diferencias que existen entre CP + B y otras empresas. Aquí todos estamos familiarizados con la idea de trabajar en un mismo sentido, y afortunadamente los clientes con los que trabajamos sienten de la misma manera que nosotros. Es una buena mezcla, no estamos empujando en diferentes direcciones, sino que vamos para el mismo lado.
-¿Cuáles fueron sus primeros proyectos en la agencia?
-Lo primero que hice fue Chicken Figth para Burger King (BK), que tenía como concepto que BK tenía la mejor hamburguesa de pollo en el mundo. Consistía de dos personajes principales, uno de ellos, un pollo picante y el otro un pollo “regular”, que se trenzaban en un combate dentro de una jaula para ver quien era el mejor. Fue una pieza larga que se transmitió de varias maneras, y fue promocionada como la pelea de box oficial. Creo que ganó en el festival de Cannes, un león de bronce o un plata, no recuerdo bien, pero tuvo bastante reconocimiento y además fue un proyecto muy divertido en el que trabajar.
-Entonces, desde un primer momento usted ya trabajó con la cuenta de Burger King, ¿con qué otros clientes trabajó?
-Trabajé con Sprite, con quienes hice la campaña Subliminal; también realicé bastantes cosas para Slim Jim, con quienes hicimos un proyecto en el que incentivábamos a las personas a tomar sus riendas y hacer cosas inesperadas. Ese proyecto fue muy interesante, y para el que tomamos material bruto de un grupo chicos que se filmaban a ellos mismos tratando de hacer súper saltos en VMX. Sacamos todo este tipo de material de sitios sobre el tema en internet, y de ahí creamos el comercial, por lo que todo se vió muy real y el caso tuvo mucho éxito.
-Después de trabajar tanto tiempo en la agencia, ¿hay algo más que usted crea que marca la diferencia entre CP + B y las demás agencias?
-Creo que en la agencia hay ciertos procesos que son diferentes a cómo se realizan las cosas en otros lugares, por lo menos en los lugares en los que yo he trabajado antes. Creo que todo el mundo trabaja muy duro, hay mucho esfuerzo y si uno viaja alrededor del mundo se puede ver que hay muchos jugadores importantes en la industria y muy buenas ideas. Entonces, es imprescindible estar dispuesto a cambiar y a arriesgar con los proyectos. Yo creo que eso es lo que tiene CP + B, estamos comprometidos a hacer las cosas bien, no importa lo que represente. Esa es una de las grandes diferencias, y también creo que en el departamento de ventas de la agencia es muy bueno, trabaja ayudando a hacer entender al cliente que es lo que tratamos de hacer.
-¿Que pasó cuando la agencia decidió abrir una oficina en Boulder, Colorado? ¿Cómo fue para usted este cambio de ambiente?
-Yo no sabía nada acerca de Boulder. No tenía ningún pre conocimiento y nunca había escuchado nombrar el lugar, pero si tengo la mente abierta. Yo había vivido en Miami algunos años ya y tenía ganas de viajar, pensé que estaría bueno vivir en otro lugar de Estados Unidos, fuera de Miami y Nueva York. La verdad me sorprendí mucho, es un lugar lindísimo y lleno de naturaleza. Es más yo había venido unos meses antes para ver como era, y en seguida me convencí de que me tenía que mudar acá. Personalmente, me gusta mucho, tiene un clima muy ameno y además cuando uno viaja tanto como lo hacemos en la agencia para producir diferentes trabajos, es bueno saber que volvés a un lugar como éste.
-¿Cómo cree que influyó en el trabajo de la agencia haber abierto una oficina en un lugar tan alejado de la industria general?
-En la agencia siempre hubo mucha gente a la que le gustó o le gusta estar al aire libre. Alex (Bogusky) por ejemplo, es un gran ciclista. En fin, creo que este cambio le da la posibilidad a la gente de la agencia de encontrar cosas que en la ciudad son más difíciles de hallar. Es un lugar tranquilo para vivir, cuando uno está aquí puede terminar su trabajo y después salir a caminar, a jugar al tenis, a escalar una montaña, o cualquier cosa que le guste hacer. Es un beneficio real y además los gastos son menores a los de una agencia en la ciudad.
-Haciendo una retrospectiva de su trabajo en CP + B, ¿cuáles cree que fueron las mejores piezas que ha realizado?
-Probablemente no sea yo el tenga que contestar eso. Pero dentro de los que más disfruté, yo estoy muy orgulloso de todo lo que alcanzamos en Europa con Burger King, yo sé que se dan por televisión en Inglaterra los comerciales, y me gusta pensar que mis amigos allí ven mis trabajos, es algo personal. También fue muy gratificante trabajar con Sprite, pero obviamente destaco los trabajos para Burger King, que en su mayoría fueron muy divertidos de hacer, desde el primero (Chicken Figth), hasta todo lo de los Simpsons, la campaña Simpsonizeme, y lo que estamos haciendo ahora de la “vaca animada”. También destacaría un spot que hicimos a comienzos de este año que se llamó Mornig Tongue, que es muy divertido. Yo creo que hay tantas cosas dando vueltas que es muy fácil resultar inspirado.
-¿Qué opina de la evolución que tuvo el trabajo para Burger King desde que usted comenzó a trabajar con la marca?
-Lo que es increíble es verlo de cerca, se ven mucho los cambios. Por ejemplo ahora, estamos empezando a colaborar con el desarrollo del producto, que creo que es un lugar muy interesante en el cual experimentar creativamente. Empezar a crear el producto desde cero nos da una visión mucho más amplia de como tratarlo después, pensar en el nombre, en como serán los productos que le seguirán, etcétera. Además, también estamos trabajando todos los proyectos interactivos de la marca, que es una cosa nueva y muy emocionante para nosotros. Esas creo que son las dos cosas que estamos haciendo ahora a diferencia de años anteriores.
-¿Qué conoce y opina acerca de la publicidad latina?, ¿alguna vez estuvo en Sudamérica?
-Es una pregunta difícil, porque la verdad no estoy tan familiarizado con la publicidad latinoamericana. Conozco algunas cosas, vi otras en las predicciones de Cannes, o ese tipo de cosas. Pero lamentablemente no hablo en español y se me hace un poco complicado entender. En gráfica si veo cosas más seguido que me parecen increíbles. Sólo fui una vez a Río de Janeiro, pero nunca estuve en Buenos Aires y tengo muchas ganas de conocerla.
-¿Qué expectativas tiene de asistir como conferencista a la próxima edición de El Ojo de Iberoamérica? ¿Qué temas tratará en su charla?
-Estoy realmente muy emocionado de tener la oportunidad de ir, y creo que el festival va a ser genial y va a haber un montón de gente de la industria que estoy muy ansioso de conocer. La verdad es que no quiero arruinar la sorpresa de lo que hablaré, pero principalmente voy a hacer hincapié en todo lo de BK, voy a mostrar algo del trabajo y tratar de contestar algunas preguntas que el público me haga.
-La publicidad está cambiando mucho a nivel mundial, ¿cuál cree que será el próximo paso de la industria?
-Creo que no podemos ignorar lo que está pasando en el mundo digital, hay una manera nueva de pensar, diferentes formas de comunicar, y cada vez más canales y nuevos medios de llegada. Esto cambia totalmente la manera en que nosotros trabajamos y pensamos el marketing. Además, creo mucho en empezar a ser parte del proceso de desarrollo de los productos, -siempre que el cliente lo permita- en integrar a la publicidad desde la concepción del producto. Dos puntos que creo muy interesantes.
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