El estudio explica que las noticias falsas siempre existieron pero que, a pesar de esto, hoy están consolidándose como una nueva epidemia global con perfil digital. Más de la mitad de la población del mundo cree haber estado expuesta a algún tipo de Fake News y asociaría la divulgación y ampliación de estos contenidos a internet. La preocupación por esta cuestión parece crecer. Si bien se asocia a internet con el crecimiento del fenómeno, no todas las plataformas de la red se verían afectadas por igual: Las redes sociales tienden a ser las más “culpabilizadas”.
Más allá del contexto tecnológico, también parecería que existe un “factor emocional”, que también contribuye a la proliferación de las fake news. El contenido falso estaría más orientado a generar emociones negativas o de sorpresa, que suelen ser rápidamente compartidas.
Por otro lado, el estudio afirma que hay contenidos fake que tienden a ser más compartidos que otros, y están vinculados a la política olas leyendas urbanas. Hay ciertos momentos que parecerían aumentar esta tendencia, como elecciones o crisis, entre otros.
Como consecuencia a estas fake news, está empezando a verse la vuelta a las "fuentes institucionalizadas", que son aquellas fuentes con trayectoria asociadas a canales clásicos de información.
En un escenario confuso, donde es difícil determinar un freno a esta problemática, la educación en torno al tema es uno de los factores más mencionados en México. El estudio sí deja en claro que la confianza como valor, sobre todo en plataformas digitales, está muy golpeada y eso podría reducir la eficiencia en la comunicación de las marcas.
Este contexto podría llegar a desafiar a valores éticos y posturas de marcas contribuyendo a la “puesta en valor” de la honestidad y la verdad, dos valores de época.
* Mirá el informe completo aquí.