DeepSeek llegó para revolucionar a los mercados y a los expertos en IA

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(20/01/25). En la era digital, la búsqueda de información se ha convertido en una tarea fundamental para usuarios de todos los ámbitos. Esta semana DeepSeek emergió como una herramienta innovadora que promete transformar la manera en que accedemos y procesamos datos en línea. En pocas horas se generó un cimbronazo cuando la empresa china de inteligencia artificial DeepSeek sorprendió a los mercados y a los expertos en IA con su afirmación de que había construido su popularísimo chatbot por una fracción del costo de los fabricados por los titanes tecnológicos estadounidenses.

DeepSeek utiliza algoritmos avanzados de inteligencia artificial para ofrecer resultados de búsqueda más precisos y relevantes. A diferencia de los motores de búsqueda tradicionales, que a menudo devuelven una avalancha de datos, DeepSeek se centra en la calidad y la pertinencia de los resultados, facilitando a los usuarios encontrar exactamente lo que necesitan.

Una de las características más destacadas de DeepSeek es su capacidad para entender el contexto de las consultas. Esto significa que, en lugar de simplemente buscar palabras clave, la plataforma analiza la intención detrás de la búsqueda, lo que permite proporcionar respuestas más completas y satisfactorias.

Además, DeepSeek no solo se limita a la búsqueda de texto. Su integración con múltiples formatos de contenido, como videos, imágenes y documentos, la convierte en una herramienta versátil para investigadores, estudiantes y profesionales que requieren información de diversas fuentes.

A medida que la cantidad de datos disponibles en línea sigue creciendo, herramientas como DeepSeek son esenciales para navegar este vasto océano de información. 

Al develarse los costos que implicó la creación de DeepSeek se puso inmediatamente en tela de juicio los miles de millones de dólares que las empresas tecnológicas estadounidenses están gastando en una expansión masiva de centros de datos que consumen mucha energía y que, según dicen, son necesarios para desbloquear la próxima oleada de inteligencia artificial.

La pregunta que surgió inmediatamente es si esta nueva IA podría significar que el mundo necesita mucha menos electricidad para la tecnología de lo que todo el mundo piensa. La respuesta tiene profundas implicaciones para el sobrecalentamiento del clima . La IA utiliza grandes cantidades de energía, gran parte de la cual procede de la quema de combustibles fósiles, causante del cambio climático. Las empresas tecnológicas han afirmado que su consumo de electricidad está aumentando, cuando se suponía que iba a disminuir, arruinando sus planes cuidadosamente elaborados para hacer frente al cambio climático.

Según los expertos, aumentar la eficiencia de la IA podría ser menos gravoso para el medio ambiente, aunque sus enormes necesidades de electricidad no vayan a desaparecer.

Las pretensiones de DeepSeek de construir su impresionante chatbot con poco presupuesto despertaron una curiosidad que contribuyó a que su asistente de IA se convirtiera esta semana en la aplicación gratuita número 1 descargada en el iPhone de Apple, por delante de los chatbots ChatGPT, de fabricación estadounidense, y Gemini, de Google.

Nvidia, Broadcom y la empresa matriz de Google, Alphabet, fueron algunos de los valores de que cayeron por la aparición de DeepSeek.

El impacto de DeepSeek en los mercados financieros se reflejó en una caída del 5.6% el lunes en el sector tecnológico del S&P 500, la mayor del índice desde septiembre de 2020. Nvidia fue uno de los ocho valores del sector tecnológico que registraron pérdidas de dos dígitos en la jornada. La caída del índice habría sido peor de no ser por una ganancia de más del 3% en las acciones de Apple. 590.000 millones de dólares fue la caída aproximada del valor de mercado de Nvidia. Ese descenso es superior al valor de mercado combinado de los gigantes de la mejora del hogar Home Depot y Lowe's. Nvidia sigue teniendo un valor de mercado de unos 2,9 billones de dólares.

Los principales analistas han estudiado detenidamente los documentos públicos de investigación de la empresa sobre su nuevo modelo, R1, y sus precursores. Entre los detalles que más han llamado la atención está la afirmación de DeepSeek de que el coste de entrenar el modelo insignia v3 de su asistente de inteligencia artificial ha sido de sólo 5,6 millones de dólares, una cifra asombrosamente baja comparada con los miles de millones de dólares que se han gastado en construir ChatGPT y otros sistemas conocidos. 

La cifra de 5,6 millones de dólares sólo incluía el entrenamiento real del chatbot, no los costes de las primeras fases de investigación y experimentación, según el documento. DeepSeek también trabajaba con algunas limitaciones: El control estadounidense de las exportaciones de los chips de inteligencia artificial más potentes. DeepSeek se basó en un chip de IA de rendimiento relativamente bajo del fabricante de chips californiano Nvidia, cuya venta en China no está prohibida por Estados Unidos.

Estos datos llamaron la atención dado que Trump se había reunido la semana pasada a los consejeros delegados de OpenAI, Oracle y SoftBank para anunciar una empresa conjunta que espera invertir hasta 500.000 millones de dólares en centros de datos y en la generación de electricidad necesaria para el desarrollo de la IA, empezando por un proyecto ya en construcción en Texas.

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