¿Ansiedad individual? ¿Miedo colectivo? Hablando con colegas, alumnos y ex alumnos, está claro que el sentimiento es real.

La buena noticia es que es sólo una sensación. Es una leyenda.

"¿Qué sería una buena idea para entrar en el metaverso?" ¿Lo entiendes? Incluso si fuera posible agotar las ideas para un reto, el mundo nos presenta cada día oportunidades sin precedentes y nuevos problemas.

Mi problema eran las referencias. Al principio de mi carrera, cuando el reto era crear una idea publicitaria para un cliente, abría el anuario de algún festival -un libro con las mejores obras del mundo- para inspirarme. A menudo el efecto era el contrario al que esperaba. En lugar de inspirarme, me sentí incapaz. Me desanimaba incluso intentar crear una idea, ya que, aparentemente, todas las buenas ideas ya se habían ejecutado y estaban ahí delante de mis ojos.

El tiempo me demostró que esta sensación era, sin embargo, una distorsión de la percepción. Esos trabajos representaban una pequeña fracción de las posibles soluciones para el negocio de mis clientes. Pero sólo después de años de trabajo comprendí que esas ideas de libros, reconocidas y celebradas por la industria, eran la punta del iceberg de las posibilidades creativas.

Tu responsabilidad es el producto final, pero tu compromiso es el proceso.

O como dice un amigo mío "No es el camino. Es el paso. Presta atención al paso. Y verás la belleza del camino".

El proceso creativo es un viaje de investigación de posibilidades. Se trata de estudiar, entrevistar, hacer pruebas, ejercitarse: pasar días, semanas o incluso meses pensando en un tema determinado. Se trata de explorar todo el territorio de posibilidades, interesarse por los detalles, conocer y enamorarse de las personas implicadas en el tema para el que estamos creando ideas.

Pero, ¿es eso garantía de una idea tan buena como las premiadas en los libros? Mejor que eso: es la garantía de una idea que es suya. Esa idea que sólo tú, con tus ojos y tu experiencia, podrías crear.

Entonces, ¿cómo afrontar esta ansiedad impuesta por el mito de la última gran idea?

Consejo nº 1: Piensa como un atleta. El récord suele ser la victoria, el partido final, el podio, la celebración, pero el día a día de un atleta es el entrenamiento. La repetición. Centrarse en la coordinación motriz y el acondicionamiento físico. Haz lo mismo. Divida el problema en otros más pequeños y ejercite soluciones parciales.

Consejo nº 2: No pienses demasiado. Haciendo también piensa. No subestimes el poder exploratorio de la acción. El cerebro mueve nuestro cuerpo, pero nuestro cuerpo también mueve nuestro cerebro.

Consejo nº 3: Confía en el proceso. Siguiendo los dos consejos anteriores, te garantizo que se te ocurrirá una idea. Si no lo hace, antes de dudar de su capacidad, revise lo que está tratando de resolver. Quizá el problema no esté en la respuesta, sino en la pregunta.

Creer que todas las buenas ideas ya han sido creadas es lo mismo que creer que toda la evolución que la humanidad podría hacer, ya ha sido hecha. Sabemos que esto no es cierto.

Comprometerse con el proceso, con el camino, es tanto un viaje de descubrimiento creativo como un viaje de autoconocimiento: el descubrimiento de tus propios patrones cognitivos y de las cuestiones que te parecen interesantes y relevantes. Emprender este viaje traerá nuevas ideas, las tuyas, al mundo y también una nueva versión de ti a ti mismo.