"En el diseño conviven armoniosamente ideologías, pensamientos y épocas absolutamente contrapuestas entre sí. No hay nada más conciliador: el punk y un sillón Luis XV en el mismo cuarto; la cabeza de un alce de plástico colgando alegremente en la sala de una pareja de ecologistas.
Es como si el diseño pudiese resolver, a través de la síntesis, conflictos que en cualquier otro mundo serían guerras; luchas dignas de ser representadas en escenarios épicos y dramáticos, como en esos enormes cuadros de batallas antiguas", sostuvo Javier Campopiano.
La pieza contó con la dirección creativa de Luciano Calió, y fue ilustrada por el artista ruso Andrey Gordeev.