Eduardo Fischer: corazón local
(07/01/05). En esta entrevista, Eduardo Fischer cuenta cómo logró crear la primera red latina, explica cómo es comunicar bajo el concepto de comunicación total, y nos adelanta sus proyectos, entre los que se incluye la expansión de su red hacia toda Iberoamérica.
Eduardo Fischer es un soñador, pero de esos que luchan día a día con la
realidad para concretar sus sueños. En los últimos 23 años construyó el
mayor y más importante grupo de comunicación de Brasil, Totalcom
Comunicación, del cual forma parte una de las principales agencias de
Brasil, Fischer América y también CaliaAssumpcao.
El grupo, además, cuenta con acuerdos operacionales con la destacada agencia Hakuhodo; la red de agencias independientes G6 Network, y con una de las mayores agencias de comunicación especializadas en agro-negocios de los Estados Unidos y Canadá, Osborn Barr, con las cuales atiende diferentes necesidades dentro de Latinoamérica.
En 1981, Eduardo Fischer comenzó con la agencia, pero a partir de los años 90, conciente de que la publicidad no lo resuelve todo, creó el concepto de Comunicación Total, hoy marca registrada en 16 países de
Latinoamérica.
Así, logró integrar en su porfolio empresas especializadas en otras disciplinas de la comunicación con el objetivo de tener mayor sinergia
y resultados con sus clientes. Este éxito lo llevó en 1996 a crear el
holding Total, el cual hoy es el mayor grupo de empresas de comunicación
publicitaria de Latinoamérica, con capital 100% independiente y una
facturación de 350 millones de dólares.
Además, Fischer América, la primera
compañía del grupo, es una de las agencias más importantes de Brasil, que a su vez, tiene filiales en México, Guatemala, El Salvador, Costa Rica,
Honduras, Colombia, Venezuela y Argentina.
Su logro más reciente fue la creación de Experimenta, el concepto que
acompañó a la campaña de Nueva Schin que hizo crecer las ventas de la
cerveza un 50%, la participación de mercado de la compañía saltó, según el
Instituto Nielsen, de 8,6% al 15,2% y los rivales decrecieron casi un 10%.
Esto hizo de la Nueva Schin uno de los mayores éxitos de la historia
reciente del marketing brasileño.
Así, Eduardo Fischer hizo renacer la
guerra de las cervezas, tambalear las estructuras de AmBev y demostró, una
vez más, la eficiencia de la comunicación total.
-¿Cómo surge el Grupo Total?, ¿cómo llegó hasta donde está hoy?
-Fischer nació hace 23 años. En ese tiempo éramos una agencia de 20 metros
cuadrados, sin clientes, ni teléfonos, ni socios, yo tenía un poco más de 20
años y como no conseguía trabajo abrí mi propia agencia. Diez años después
ya estaba entre las más creativas de Brasil y 20 años después entre las
mayores. Siempre tuve socios, así primero fue Fischer & Asociados, luego
Fischer & Carlos Méndez, Fischer & Justus, Fischer Justus Young & Rubicam y, finalmente Fischer América, de la cual tengo el 53,1%. Nos iniciamos muy
chicos y, hoy, 23 años después, estamos en once países con alrededor de
trescientos clientes de todo el Grupo, lo que incluye publicidad,
promociones, marketing directo, merchandising, etc. Además de las agencias de publicidad, el Grupo Total actúa en otros segmentos de la comunicación con One Stop, una empresa especializada en marketing deportivo, cultural y de entretenimiento; y con Spirit, el brazo del Grupo en marketing de incentivo y fidelización.
-¿Cuáles son las claves que lo llevaron a construir la primera red
independiente de Latinoamérica?
-Desde el primer día intenté formar el mejor grupo de comunicación total del
mundo. Si bien hoy es la tendencia y todos hablan de eso, nosotros ya lo
habíamos propuesto desde el principio. Hoy Fischer es la mejor empresa de
comunicación total del mundo y estamos estudiando la idea de exportar
nuestro concepto, porque comunicación total no significa dividir las
actividades en empresas. En los grandes grupos hay 500 compañías de todo
tipo haciendo de todo, pero no hay nadie que trabaje integrándolas, ese es
el gran problema de los holdings internacionales. No existe un concepto
integrador que haga todo, que enfrente al cliente y le diga: ³¿cuál es su
problema, cuál es su objetivo?² Nosotros lo ayudamos en todo el proceso
porque todo lo hacemos dentro de la misma empresa. Además, desarrollamos una
tecnología de pensamiento que llamamos Total Comunication Thinking, que nos
posiciona como un grupo de comunicación total por su propio núcleo. Así,
nuestro creativo piensa en comunicación total; la gente de cuentas piensa en
comunicación total; y a su vez, los creativos piensan en promociones, la
gente de cuentas en creatividad y todos pensamos en todo. Es una historia
distinta que creamos en Latinoamérica y por eso atraemos a centena de
clientes que buscan no sólo hacer lindos anuncios sino también encontrar
socios estratégicos. Pero no nos olvidamos de la creatividad. Así, en 1997 fuimos la cuarta mejor agencia del mundo en Advertising Age; en el O99
fuimos la agencia independiente más premiada de Cannes; entre muchos otros
reconocimientos. Pero no nos enfocamos en los premios, nos importa el éxito
de nuestros clientes a través de la creatividad. Creo que el éxito de
nuestro grupo se debe a que nos anticipamos a las tendencias del mercado y ya hace más de 15 años que hablamos de comunicación total.
-¿Por qué cree en ese concepto de Comunicación Total?, ¿cuál es su principal ventaja?
-Porque de esa manera, el cliente trabaja solamente con nosotros porque
cumplimos con todo. Es mejor hablar con uno que con varios. A veces, veo
eventos en los que hay gente haciendo promociones y algunos están vestidos
de verde, otros de azul y otros de amarillo, en realidad, sería mejor que
estén todos iguales. Actualmente, el mundo está tratando de trabajar en
sinergia, se habla de eso en todos lados y los clientes lo necesitan. Hoy el cliente busca soluciones totales y ese concepto debe manejarse en todas las
disciplinas. Nosotros debemos resolverles los problemas desde donde vengan, así el concepto se expande con una eficiencia muy amplia. Creo que las demás empresas no lo hacen porque nacieron sólo para la publicidad y lo que acoplan es la idea y no el concepto, siguen solamente al comercial o al aviso que les dio la buena idea. Nosotros, en cambio, somos una agencia de comunicación total con creatividad total. Nacimos así. Estratégicamente,
seguimos un concepto y luego aplicamos la idea a todo.
-¿Cuáles son los riesgos de este tipo de comunicación integral?
-Es muy peligroso equivocarse con la comunicación total porque puede salir
todo mal. Para que eso no nos pase, lo primero que hacemos es comprobar que
conocemos el mercado. En general, no conocemos mucho sobre el producto y por
eso, hacemos investigaciones de mercado para crear un concepto exitoso que
ayude al cliente a aumentar sus ventas. Luego, creamos el comercial. La
mayoría de las veces nos llaman para hacer comerciales, pero la diferencia
es que partimos de un concepto muy investigado, que por eso dura a largo
plazo. Para vender tenemos que estar presentes en la cabeza del consumidor,
hoy hay mucha competencia y debemos luchar por ocupar ese espacio.
Una red para otros mares
-¿Cómo se convirtió su agencia en una red?
-Sucedió de casualidad. Hace unos años, yo manejaba la cuenta de Brahma en
Brasil y cuando la empresa comenzó a expandirse hacia otros países, los
empresarios me pidieron que trabajáramos con ellos en Argentina y en
Venezuela, y así los seguimos. Poco a poco fueron apareciendo las
oportunidades, y nos empezaron a pedir que armemos una agencia en esos
sitios. Al tiempo me separo de Justus y no quiero vender mi parte, quiero
seguir. Con estas dos coincidencias, fundé varias filiales. Fue una decisión
difícil, de mucho riesgo. Por eso tengo ideología empresarial, creo que hay
que tenerla para ser independiente.
-Hoy es el dueño de la mayor red latina independiente, ¿cuánto se puede
crecer y seguir manteniendo la independencia?
-Todo depende de las ganas que uno tenga. Puede ser para siempre, aunque
usualmente aparecen propuestas. Lo que quiero hacer es ir para Madrid y
desde ahí ampliar el capital. Si lo consigo será un gran avance y un caso
único de una red totalmente latina e independiente. Ahora estamos muy bien,
conseguí varias cuentas que estaban fuertemente alineadas y sé que otras
llegarán, no tengo porqué dejar de ser independiente.
-¿Cuál es la cuenta que sueña conseguir?
-Mi cuenta preferida es la que ganaré mañana. Claro que me gustaría tener
Coca Cola o Telefónica. Pero nunca se sabe, Schin no era una cuenta deseada,
es más, estaba muy lejos de serlo y, sin embargo, hoy es el gran cliente de
Brasil con el que personalmente pude hacer un gran negocio.
-¿Cuál cree que será su principal aporte como red latina independiente?
-Hace diez años, los primeros inversores de Brasil eran norteamericanos, ingleses, franceses, alemanes. Hoy son españoles y portugueses. Lo que tenemos que aprender y sacar provecho de eso, es que cuando los japoneses, o los ingleses llegan con sus marcas a nuestra región, trabajan con las
agencias multinacionales que acompañan a sus marcas en todo el mundo. Por
esta razón nacieron agencias como McCann Erickson o J.Walter Thompson. En
cambio, Telefónica o el Grupo Santander, entre otras marcas españolas,
trabajan también con multinacionales porque no tienen agencias españolas que
las respalden en cada lugar al que van. Ante esta situación, nosotros
estamos tratando de ser la primera red multinacional iberoamericana para el
mercado latino en general. Trabajamos por eso y estamos cada vez más cerca
de lograrlo, ya que, mientras las inversiones sigan teniendo como mercado
prioritario Latinoamérica, es natural que quieran trabajar con quienes más
conocen al mercado.
-En general, las empresas multinacionales buscan agencias que pertenezcan a redes internacionales porque creen que sólo ellas les darán lo que esperan?
-Si, pero solamente al principio, después se dan cuenta de que nosotros le
damos un servicio integral. Cuando quise la cuenta de Telefónica, esa fue
una de las trabas que no me permitió ganar la cuenta. Hoy les digo a todos
los de la compañía que me negaron la cuenta porque en ese momento no tenía
filial en toda Latinoamérica, que ahora las tengo y que confíen en nosotros,
porque nos mantuvimos y crecimos; en cambio, de los negociadores de Young &
Rubicam no quedó nadie, incluso, algunos hoy están trabajando con nosotros. Eso es lo que pasa generalmente en las multinacionales.