La palabra “sostenible” está en peligro. Desde que los cambios en los hábitos de consumo más responsables han empezado a ser populares, creando un nicho de mercado, algunas empresas han decidido explotar este concepto. Son compañías que no buscan más que el beneficio económico, sin importar si lo que están ofreciendo es o se ha fabricado verdaderamente de forma sostenible. Sin tomar en cuenta áreas sociales y medioambientales que son tan importantes.

Esto deja de lado lo que el consumo de estos productos conlleva y arriesga los valores de la palabra “sostenible”, poniendo en alto riesgo la economía de todxs, el planeta e incluso nuestra salud a través de la desinformación. Y eso es realmente peligroso.

Nosotras, el tejido del pequeño comercio sostenible “de verdad”, afrontamos a diario la competencia desleal de nuestros propios distribuidores. Vemos como nos abandonan por ser pequeñas cuando les hemos dado vida y pasan a vender a precios ridículos a las grandes superficies que nos ahogan.

Prácticas que siguen y hemos detectado:

- Pujan por nuestros nombres en campañas publicitarias, aprovechando su fuerza económica.

- Disponen de bots que localizan el precio más bajo de determinados productos para rebajar el precio, llegando incluso a vender a pérdidas.

- Hacen greenwashing. Mienten a las personas con estrategias de marketing “verde”, aprovechándose de su motivación sostenible.

- Grandes superficies compran empresas sostenibles y pasan por alto información, transparencia y ética en los traspasos.

Algunas prácticas son ilegales y otras son solo deplorables. Todas afectan al desarrollo de un consumo consciente que necesitamos urgentemente. El cambio climático nos está avisando de ello. Y, más allá, estas acciones descomponen el mercado, lo pudren y aseguran la vida de grandes plataformas con presupuestos de muchos ceros a costa del futuro de todas.

Desde la pandemia, muchas compañeras sostenibles han tenido que cesar su actividad por no poder aguantar: Sin Plástico, un referente en este sector con más de diez años, proyectos con dos, tres y cuatro años, como Ecovan Store y Luffa Shop, y así unas diez que conozcamos, entre tiendas y productores sostenibles.

Son algunos de los proyectos de los que nos hemos tenido que despedir. Y no vamos a mentir, estamos preocupadas.

El cambio climático no permite margen de error. Nuestras acciones en los próximos tres o cuatro años son lo que va a definir lo que va a pasar con nuestra casa, el planeta. Somos muchas y seremos más, y ya no estamos solas. Ahora tenemos una misma voz.

Somos A lo Basati, Bizi Slow, [ble] Alternativas Sostenibles, Canarias Nature, CleanUp Bio, Étika Shop, Naturaca, Mamma Natura, La Balanza Granel, La Granelería de Coslada, Serea Cares, Usar y Reusar. Somos supervivientes. Somos luchadoras. Somos un movimiento ético dentro del movimiento sostenible.

Somos El Buen Ambiente, una unión de negocios de impacto positivo en la que compartimos distribuidores honestos, marcas sostenibles, empresas que apoyan al pequeño comercio.

También hacemos divulgación y activismo, siempre desde el buen rollo, con finalidad educativa y con el ánimo de trasladar al público lo que está sucediendo. Que la gente pueda realizar cambios de hábitos verdaderamente sostenibles, sin greenwashing, sin mentiras.

Queremos ser el altavoz de los pequeños. Darle a la sostenibilidad el significado que merece. Ser el espacio seguro para todas las que antepongan la preservación del medio ambiente. Queremos cuidar de la economía del país, de un planeta digno donde poder vivir y donde nuestras hijxs puedan también disfrutar dignamente.

+ Info de las iniciativas en: www.instagram.com/elbuenambiente_