El Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) es un ente autárquico público argentino, que tiene como función promover, incentivar y regular la producción audiovisual local. Además, está a cargo de la administración del Fondo de Fomento Cinematográfico, a través del cual financia producciones argentinas, mediante créditos, subsidios y otras modalidades. Como actor fundamental para fomentar el desarrollo de un secor clave en la identidad cultural nacional, polémicas medidas aplicadas por parte del Ministerio de Cultura pusieron al organismo en el centro de la atención.
Los primeros indicios del conflicto comenzaron el martes 11 de abril, cuando el periodista argentino Eduardo Feinmann realizó un informe en el programa Animales Sueltos de Alejandro Fantino, en el que afirmaba que el presidente del INCAA, Alejandro Cacetta, y el rector de la ENERC (Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica), Pablo Rovito, estaban involucrados en actos de corrupción.
Al día siguiente, el Ministro de Cultura, Pablo Avelluto solicitó la renuncia del presidente del INCAA, acusando una sospecha de malversación de fondos, y levantó una denuncia en su contra en la Oficina Anticorrupción. En el lugar de Cacetta, se designó a Ralph Haiek.
Frente a estos acontecimientos, profesionales de todos los sectores de la industria audiovisual no tardaron en salir al cruce de la decisión del Ministro y respaldaron la gestión y la transparencia de Casetta, quien llegó a ese cargo gracias a su amplia trayectoria en el cine nacional con su trabajo en productoras como Pol-Ka y Patagonik.
Además de la disconformidad expresada por el despido de Cacetta, la industria también teme que esta maniobra responda a una intención de debilitar y desfinanciar al INCAA. Como entidad autárquica, el organismo no tiene asignada una partida del presupuesto nacional, sino que su actividad depende absolutamente del autofinanciamiento. Para ello, el Fondo de Fomento se alimenta del 10% del valor de las entradas vendidas por el cine subsidiado por el INCAA, así como de un 25% de la recaudación del ENACOM (Ente Nacional de Comunicaciones - ex AFSCA), a través de impuestos a empresas privadas de radiodifusión en el país. Este último 25% significa un canon muy alto para los principales grupos de mediáticos del país, y parece ser uno de los puntos fundamentales del conflicto.
"Hay claramente una intención de desarticular todo lo que tiene que ver con el Incaa (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales), el ENERC (Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica). Lo de Cacetta es una cortina de humo. Están sacrificando a un peón porque van por más. Es una operación para sacudir al Incaa", denunció el director Luis Puenzo, creador de La Historia Oficial, ganadora del Oscar a Mejor Película Extranjera en 1986.
En dos asambleas autoconvocadas realizadas el jueves 13 de abril y ayer, miembros de la industria audiovisual y estudiantes se reunieron para respaldar a Cacetta, y defender la autarquía del Instituto Nacional de Cine y la legislación que garantiza el Fondo de Fomento Cinematográfico.
Mientras tanto, Avelluto advirtió que, a partir de esta semana, el INCAA comenzará a sufrir más cambios en los cargos de su gestión.
En declaraciones publicadas por Página/12, la realizadora argentina Lucía Puenzo manifestó: "todos los que hacemos cine estamos unidos en esta pelea. Acá no se trata solamente de la renuncia de Alejandro Cacetta sino que el Gobierno Nacional, con Pablo Avelluto a la cabeza, va detrás de los fondos del cine", y agregó: “desde hoy a la mañana el INCAA está oficialmente intervenido y el presupuesto del cine ya no lo maneja el cine. Entonces hay que llevar claridad, están diciendo una cosa y al mismo tiempo hacen otra, como en tantas otras cosas".