El extraño matrimonio de un impresionista con dos fotógrafos de la cultura pop
(09/09/08). El director de fotografía Alejandro Giuliani fue el brazo ejecutor que terminó por plasmar el peculiar cruce entre los personajes del último film del talentoso realizador argentino Leonardo Favio.
En esta entrevista, Giuliani cuenta su experiencia.
La discusión de los realizadores acerca de la estética de Aniceto, el último film del mítico director argentino Leonardo Favio estrenado en mayo pasado en Buenos Aires, puede resumirse en la particular confluencia de Joaquín Sorolla, un pintor impresionista español del siglo XIX, y Pierre et Gilles, dos fotógrafos franceses que dieron vida a una estilo intencionalmente artificioso y saturado que se convirtió en uno de los íconos actuales de la cultura popular gay.
El director de fotografía Alejandro Giuliani fue el brazo ejecutor que terminó por plasmar en el celuloide el peculiar cruce entre Sorolla, cuyos cuadros más conocidos representan escenas diurnas con bañistas envueltos en una luz diáfana y otoñal, y Pierre et Gilles, autores de fotografías retocadas con colores chillones y gestos afectados.
Entre tangos, ballet y riñas de gallos, Aniceto narra una trágica historia de amor ambientada en los suburbios de Buenos Aires y retoma, a la vez, un relato que el propio director había llevado al cine en 1967 con el nombre “Este es el romance del Aniceto y la Francisca, de cómo quedó trunco, comenzó la tristeza... y unas pocas cosas más”.
“Favio tenía una ecuación pictórica de la película. Hubiera preferido que la fotografía la hiciera Sorolla, quería una luz como sus cuadros. Yo vengo de la publicidad, no conocía a Sorolla. Mi influencia visual viene por otro lado. Cada vez que veía los decorados y los lugares me venían a la cabeza los trabajos de Pierre et Gilles. Eran dos formas de encarar la parte visual. Provenimos de culturas y generaciones distintas”, relató Giuliani al reconstruir los caminos que dos influencias diametralmente diferentes terminaron por confluir en la realización del film.
El director de fotografía acaba de terminar un comercial para la nueva versión del juego Pro Evolution Soccer de PlayStation, con el futbolista Leonardo Messi como estrella, y guarda en su memoria la elaboración de Aniceto como un período de ansiedad, entusiasmo y dudas.
“Favio tiene muy claro lo que quiere. Pero a veces sentís que quiere ir por un lado y después descubrís que va por otro. Cuando termina te das cuenta que nunca dudó. En su mente sabía lo que quería. Pero te puede confundir la forma como lo expresa”, recordó.
A continuación, la entrevista:
¿Cómo surgieron esas dudas en la definición de la fotografía de Aniceto?
-En sus aspectos de mayor ambigüedad. El tipo de azul. El significado de la claridad. Yo pensé que el tono dominante era el azul. Pero en un momento dudé. Lo veía en las pruebas. Sentía que venía por ese lado.
¿Pero Favio nunca lo expresó?
-No. Incluso en un momento parecía que tenía que desaparecer el azul. Pero cuando finalmente vi la película descubrí que en un determinado momento se vuelve toda azul.
El director de fotografía aprovecha sus proyectos en publicidad para experimentar nuevas técnicas. “Ilumino caras con colores, con los reflectores le doy color a la piel para neutralizarlas y que el fondo sea el dominante. Fuerzo las películas, dos o tres puntos”, ejemplificó. Una prueba similar aplicó en Aniceto.
“En el largo de Leonardo Favio todo el proyecto estuvo forzando un punto –recuerda-. En ese sentido tuve muy buenos resultados con la película Vision 3. Yo la busco especialmente por sus cualidades para la exposición. Y con la misma iluminación, los mismos decorados y lugares, no había diferencia con la película que había sido forzada. La resolución era igual y ganabas un punto. Era un proyecto donde teníamos poco volumen de luz con respecto a los decorados. Las razones eran económicas, por un lado, y prácticas por el otro. Para darle mayor movilidad a las filmaciones teníamos un set de luces muy chico. Por lo tanto, forzar la película y lograr los mismos resultados resultó práctico”.
Tras su paso por las salas, el resultado de la particular confluencia del impresionista Sorolla y los fotógrafos pop Pierre et Gilles se verá próximamente en DVD. Con el proyecto concluido, Giuliani afirmó que el contraste de influencias no implicó tensión: “La película es la combinación de los dos. No hubo una contradicción o una lucha de poder. Cada uno volcó su propia interpretación”.