-¿Qué balance hace de El Laboratorio en 2013?
-El 2013 ha sido un año de ajustes. Hemos ajustado el equipo, y lo hemos unificado todavía más. Proceso que culminará con el cambio de oficinas en estos primeros meses de 2014. Si hace unos años hablábamos de la integración como objetivo, hoy ya lo damos por hecho. Este año estamos particularmente orgullosos de nuestras campañas de contenido para Trina y HTC, en las que, como decía anteriormente, hemos logrado que las dos marcas cambien su forma de relacionarse con los consumidores. También hemos lanzado el nuevo Direct Seguros, un proyecto de más de un año de duración.
-¿Cómo definiría a El Laboratorio hoy?
-En el laboratorio trabajamos para encontrar soluciones que funcionen para nuestros clientes. Soluciones de las que podamos sentirnos orgullosos. Somos una agencia 100% independiente. Con todo lo que esto supone. Estamos orgullosos de poder decir que nadie toma las decisiones desde una oficina en Londres o Nueva York. Quiénes somos y a dónde vamos es algo que se decide desde la calle Almagro 36, y eso es impagable.
-En referencia a los consumidores, ¿cómo cree que están reaccionando ante este panorama?
-El consumidor ha cambiado mucho sus hábitos de consumo. Se lo piensa mucho más a la hora de gastar su dinero. Ha crecido enormemente la figura del “smart buyer”, es decir, consumidores que comparan y comparan entre los diferentes productos para encontrar la mejor relación calidad precio. Así que la publicidad debe ser tremendamente honesta, o tremendamente positiva. La gente cada vez se “traga” menos la publicidad sin fondo.
-¿Cómo evalúa el nivel de creatividad en España en este momento?
-Hemos pasado un par de años muy díficiles creativamente hablando. Nuestra reacción como sector ha sido muy diferente a la ocurrida en otros mercados que se han enfrentado a crisis económicas, como es el ejemplo evidente de Argentina. Ese optimismo del que hablaba al principio, espero que se note en la calidad creativa de nuestro mercado. En los últimos años, hemos llenado nuestros cajones de buenas ideas que no han podido ver la luz. La calidad está ahí. Ahora toca ilusionarnos y empujar.