JWT Argentina presenta "Mundo Cuerdo", la campaña compuesta por los avisos "Kalim", "Susan", "Frankfurt"paraRevista Mercado, de Editorial Coyuntura. Kalim Kalim tiene 45 años, pero parece tener 10 ó 15 años más. No sólo por las manos, que siempre son más viejas, también el rostro y el alma de Kalim han ido más rápido. Es que la guerra es parte de su vida, la sintió de pequeño y la pelea de grande, contra un enemigo casi siempre invisible. Una mirada poética a la vida de Kalim sería una mirada estúpida. El se ocupa de buscar en el cielo los bombarderos que tiran contra su pueblo, y no hay forma de construir un verso con eso. Kalim tiene 4 hijos, 2 en su corazón y 2 que todavía están vivos. Cada día, al igual que su gente, pelea una guerra dentro de la misma guerra, una lucha contra su orgullo. Temprano en la mañana, el enemigo ha dejado caer bolsas con alimento, de las mismas bodegas que deja caer sus bombas. ¿Y qué otra cosa que recogerlas?, ¿qué otra cosa que llenar la panza de odio? El mundo no está loco. Sólo necesitás entenderlo. Mercado Frankfurt Hace 8 años que trabajo en la bolsa de valores de Frankfurt como personal de limpieza. Soy el único en mi familia al que no le gustan los trenes. Mi padre y dos de mis hijos trabajan en la línea del Ferrocarril Sur, y aunque ya no es lo que era, ellos dicen que no cambiarían su trabajo por nada del mundo. Hora de comenzar a barrer, me gusta hacerlo 5 minutos antes del cierre para escuchar algunos negocios y reirme de la forma en la que gritan estos tipos. Pero ¿qué ocurre?, no es habitual que griten tanto a esta hora: “Ferrocarril Central Sur, vendo, vendo¨. ¡Por Dios, esa es mi familia! Sabíamos por los diarios que esto podía pasar. Paren, no vendan todos, ya aprendí qué significa eso. No quiero barrer acciones con la vida de mi padre y mis hijos, y de toda esa gente. Qué les puede importar a ellos eso que dicen ustedes, que si le va mal a una empresa habrá otra a la que le irá bien. El mundo no está loco. Sólo necesitás entenderlo. Mercado Susan Soy Susan, una adolescente de Carolina del Norte cuyo padre trabaja en un arsenal nuclear. Es el encargado de iniciar la secuencia de lanzamiento o algo asi. Como sea, no es lindo contárselo a tus compañeros de preparatoria, ¡ni a tus maestros! Qué feliz me sentía cuando mi padre faltaba a su trabajo, al menos ese día no podía matar a dos millones de personas. ¡Se lo dije!, un día en la cena, le dije todo: ¿por qué no fuiste doctor, bombero, veterinario? ¿Por qué papá?... (me largué a llorar un poco). El me secó una lágrima ¡con el dedo que se disparaba la bomba! –Susan, me dijo; no parecía enojado. –Nunca voy a apretar ese botón, esos misiles están ahí y los demás lo saben. Pero ellos también los tienen, ¿comprendés hija?, por eso nadie dispara. Sirven para mantener la paz. Miré para todos lados, hubiera querido que todo el mundo estuviera escuchando. Pero no había nadie, sólo mi madre que parecía aceptar la explicación. ¿Paz?, ¿cómo paz?, vi fotos de esas explosiones, la gente en Japón, en la segunda guerra, ¿cómo paz, cómo papá? Todo eso me callé. El mundo no está loco. Sólo necesitás entenderlo. Mercado