Cada vez los niños acceden a su primer móvil a una edad más temprana. Y la navidad es un momento en el que muchas familias de nuestro entorno hacen una reflexión sobre cuál es la edad adecuada para que los niños estrenen su propio Smartphone. Una herramienta que en ocasiones puede comportar ciertos riesgos. Pero a la vez, una herramienta de las nuevas generaciones que, según numerosos estudios médicos, es de gran utilidad pedagógica en el desarrollo intelectual del menor. Y también para la relación social del niño a través de los canales de su tiempo, y el contacto con los padres.
Motivado por este debate, y con la intención de cumplir con el rol de compromiso y escucha activa que asume la marca Euskaltel en la relación con su entorno, la marca de telecomunicaciones ha lanzado una iniciativa singular. Ha creado “El Primer Contrato”.
Este acuerdo, emocionante e inspirador, tiene forma de “contrato” en clave familiar, emocional, de puesta en valor de las capacidades del niño o niña y de confianza de los padres en sus pequeños. Se puede acceder a él a través de las tiendas, de la web y las redes sociales. Y para darlo a conocer, se ha creado una campaña de comunicación con piezas no convencionales, que no tienen la forma del tradicional anuncio comercial porque esta propuesta de la marca no tiene como objetivo incrementar las ventas, sino que busca ayudar desde la experiencia, enriquecer el debate y así ayudar a que los padres puedan tomar una decisión. Y a la vez, quiere ser una muestra de su aportación a la sociedad en estas fiestas.
La implicación de la marca en la relación con su entorno también ha tenido reflejo en la creación de la campaña, ya que entre los protagonistas de la misma hay algunos niños y niñas de familias de trabajadores de la compañía, que han querido poner de relieve así que Euskaltel es una marca que vive nuestra realidad de la misma manera que sus clientes, porque forma parte de su entorno de manera natural.
Para ello, reunieron a pequeños con edades comprendidas entre los 8 y los 12 años, y a sus padres. Los niños participaron en el spot de la campaña, y los padres colaboraron aportando su opinión personal y las cláusulas con las que posteriormente crearon El Primer contrato. Una pequeña ayuda para una gran decisión.