* Por Sebastián Riquelme, Jefe de Recursos Humanos de Colegium.

Las nuevas empresas traen consigo características inéditas, que obedecen a diversos fenómenos, siendo probablemente el principal el hecho de que las personas están cambiando. Hace ya algunos años, que las nuevas generaciones de profesionales, de los Millennials en adelante, requieren de otro tipo de razones para quedarse en una compañía, lo cual no siempre tiene una relación directa con el dinero, sino con horarios flexibles, beneficios, un buen ambiente, equilibrio entre la vida personal y laboral, desarrollo profesional y experiencias, entre otras.

Es por esto que las empresas no pueden quedarse estáticas, y han debido tomar una serie de medidas para mantener a sus trabajadores contentos y, por ende, conservar su negocio. De esta forma, me he detenido a recopilar y analizar algunas claves que servirán para fortalecer y apuntalar a las nuevas empresas, según las necesidades que se desprenden de las nuevas generaciones trabajadoras.

Como punto de partida, puedo hablar sobre la transparencia. Una buena práctica laboral que justamente responde a la alineación de las personas que están trabajando en el equipo con los objetivos empresariales. Es decir, es fundamental hacer una bajada de lo que yo espero, y ser transparentes respecto a lo que esperamos que sean las funciones y metas de los colaboradores, comunicando la información de forma orgánica, sana y específica.

Una segunda cuestión parte de la retroalimentación, un factor esencial para generar un alto desempeño. Es por esto que el uso de la Inteligencia Colectiva se convirtió en algo necesario, en vez del establecimiento de revisiones unilaterales de los productos. La Inteligencia Colectiva es una de las mejores formas de aprovechar los conocimientos y aptitudes de los profesionales con diferentes formaciones, ya que permite lograr productos mejores a los logrados con sólo una persona. De esto se desprende la expresión “la innovación no tiene que ver con un acto solitario sino con un hacer colectivo”.

La tercera clave tiene que ver con los liderazgos transformacionales, que es un concepto que engloba a todos aquellos líderes, y sus colaboradores, que trabajan de tal forma que logran avanzar a un nivel más alto de la moral y la motivación.

Estas tres claves generan, no solo una mejor energía laboral y productiva, sino que también producen cambios significativos en la vida de las personas y en su propio desarrollo, al fomentarse una cultura de trabajo colaborativa y orientada a la calidad. Además, será posible que los eventuales líderes, desde un proyecto pequeño hasta de grandes compañías o corporaciones, desarrollen habilidades que les permitan integrar mejor a sus equipos, desde la perspectiva de la Indagación Apreciativa (IA), la cual está orientada a analizar las fortalezas y el potencial de las organizaciones, con el objetivo de potenciar a cada uno de los colaboradores, creándose así ambientes y dinámicas estimulantes, de comunicación abierta y constante, que reconoce el logro personal y que trabaja desde una perspectiva positiva a partir de los éxitos apuntando a situaciones ideales.

A su vez, esto dará lugar a una cuarta clave, que es la de trabajar con sentido.

Toda empresa debe tener un objetivo general, es por eso que es importante encontrar personas que estén alineadas con el objetivo del negocio y comunicarlo de forma oportuna, permitiendo al equipo una comprensión mayor de toda la esfera.

Una quinta clave propia de las nuevas generaciones profesionales: la capacitación continua, que responde a una de las visiones más compartidas en el último tiempo.

Sobre todo las empresas innovadoras, requieren actualizarse de forma constante y, por ende, actualizar a su personal para que estén preparados para los desafíos que se vienen. Como ocurre en la totalidad del mercado laboral actual; por ejemplo, es clave para una empresa de tecnología, que son las que mayor demanda de profesionales requieren, desarrollar el capital intelectual del equipo, porque permitirá una adaptación constante al entorno, además de una evolución sostenible en el tiempo, la cual beneficiará a los trabajadores y a la organización en sí.

Y, por último, la adopción de metodologías ágiles de trabajo individual y en equipo. La agilidad de los colaboradores no siempre tiene directa relación con sus capacidades, ya que hoy en día existen algunos sistemas de trabajo más productivos que otros para llevar tareas específicas, con lo cual es importante optar por estrategias dinámicas que permitan lograr objetivos específicos y grupales, lo cual contribuirá a trabajadores conformes con sus tareas y con ganas de seguir avanzando.

Estas y muchas otras son tendencias que aportan a las empresas a tener un desarrollo equilibrado, manteniendo una amplia producción y logrando un mejor desarrollo de los recursos humanos.