Bolivia goza de un bien merecido optimismo en su presente. La llamada Década de Oro en 2010 para Bolivia permitió que el país crezca a un sólido ritmo, convirtiéndose en uno de los pocos países, junto a Panamá, que ha logrado duplicar su producto interno bruto en tan solo 7 años. A partir de este empuje económico, las agencias, productoras y clientes bolivianos lograron expandir sus horizontes y poder llevar a cabo importantes producciones, tanto nacionales como internacionales.
El impulso recientemente parece haber alcanzado un límite, la economía se ha retraído y los primeros síntomas de una caída pueden divisarse. Sin embargo, el futuro depara incertidumbre, y el potencial adquirido hace algunos años no ha terminado de explotar. El mercado presenta nuevas oportunidades de destaque y los profesionales no se quieren quedar esperando.
Los índices de crecimiento muestran oportunidades de beneficio y el país aún tiene ventajas que pueden ser aprovechadas por el mercado extranjero. Pero los ajustes políticos están al acecho y este crecimiento puede tener fecha límite, contexto que se traduce en el escenario de la industria creativa. Por otro lado, aún con importantes crecimientos para la industria en el país, algunos profesionales reconocen que al mercado le falta maduración para consolidarse con una fuerte oferta.
Las marcas y clientes de Bolivia tienen una doble tarea. Consolidarse como mercado y adaptarse a los nuevos entornos digitales frente a un público cada vez más exigente. Con respecto a lo digital, las marcas están aprovechando cada vez más sus posibilidades y enfocando sus esfuerzos en explotar sus características al máximo.
El ecosistema de agencias en Bolivia es el escenario de una intensa competencia como jamás se había vivido en el país. Más aún con el auge de las consultoras y las start ups con su oferta de servicios para las marcas. El mercado es chico pero con hambre y ganas de crecer y, según los profesionales del país, el último tiempo parece haber despertado una nueva generación de creativos en él. Esto intensifica la competencia e incrementa los desafíos y los jugadores no pueden relajarse. Por otro lado, hay agencias que se animan a innovar en sus modelos de trabajo para ofrecer un diferencial que les dé ventaja en esta reñida competencia.
El rubro de la producción boliviana parece estar de acuerdo en que ha llegado el momento de que su oferta comience a tener relevancia mundial. ¿Cómo puede lograr esto un mercado con gran potencial pero con poco reconocimiento? Con excelencia creativa y explotando sus virtudes naturales. Bolivia cuenta con varias locaciones ideales para producciones internacionales como el Altiplano, la Selva Amazónica, el Salar de Uyuni y el lago Titicaca. La misión de sus profesionales es sacarle provecho a estos paisajes y aumentar su atractivo para los productores extranjeros. Bolivia tiene el nivel de profesionalismo necesario para cumplir este objetivo.
Pedro Pablo Escobar, Productor Ejecutivo de Makina Films, resume la situación de las productoras bolivianas en tres puntos claves: “1) Unirnos como rubro. Con algunas productoras estamos creando una Asociación de productoras y la idea es que participen todas las de Bolivia. Esto nos debe dar credibilidad y respeto ante agencias y clientes, además de mejorar nuestras condiciones laborales ya que estamos muy desprotegidos. 2) Profesionalizar el mercado. Somos un rubro nuevo y la mayoría de los trabajadores son gente joven, millennials. No ha habido escuela en Bolivia que haya marcado una generación de profesionales. A fines de los 90 hubo mucha producción extranjera que venía a filmar a Bolivia, pero producían y se iban. 3) Dignificar nuestro rubro. Somos profesionales que estudiamos y nos especializamos, nuestro trabajo debe tener el valor que nosotros le damos. En ese sentido nuestro rubro está venido a menos ya que está muy canibalizado y se trabaja por lo que diga el cliente, eso no puede ser así. Hay costos y honorarios que respetar y es lo que trato de proyectar en los trabajos que hacemos como empresa”.
Los festivales siguen siendo una oportunidad importantísima para Bolivia. Tanto productoras como agencias están de acuerdo en que si sus trabajos adquieren reconocimiento internacional significa un gran impulso, tanto para la compañía como para el país. Si el objetivo es demostrar que Bolivia tiene potencial para la creatividad y la producción, los profesionales deben competir en las grandes ligas. Festivales como El Ojo de Iberoamérica y Cannes adquirieron mucha más relevancia para su industria en los últimos años. Federico Alonso, Director General Creativo de Nexus BBDO, comparte qué significa para la agencia haber sido elegida como Mejor Agencia de la Región Sur por El Ojo de Iberoamérica por dos años consecutivos: “Para nosotros la creatividad es el diferenciador más importante que tiene el negocio, por lo que contamos con los mejores profesionales del país quienes con este tipo de reconocimientos demuestran su calidad. En este sentido, el Ojo de Iberoamérica ha representado para nosotros un evento obligatorio que nos aceita para subir el estándar de todo nuestro trabajo y nos ha abierto las puertas con clientes que vienen buscando cosas diferentes y disruptivas dentro de nuestro mercado”.
El camino está marcado, los objetivos son claros y los métodos para cumplirlos ya están establecidos. Ahora hay que trabajar y crear para cumplir estas metas. Lo más importante es que los profesionales crean en el potencial del país y exploten todas sus virtudes, uniéndose para acrecentar su alcance a nivel internacional. Aún queda mucho camino por delante, pero Bolivia ya está en marcha y tiene hambre de éxito.
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