La pieza se trata de un aviso gráfico publicados en revistas que se transforma en una pulsera para que los niños utilicen en la playa y no se pierdan de sus padres, gracias a un aplicativo instalado en los celulares, que avisa si los pequeños se alejan demasiado de sus responsables.
LatinSpots entrevistó a Geraldo y Monteiro, quienes hablaron sobre su idea y el rol de la tecnología en este trabajo.
-¿Cómo recibieron la noticia de Grand Prix de Mobile?
-Nunca se espera ganar un Grand Prix, por lo tanto fue con mucha sorpresa y aún más alegría. Es realmente muy emocionante que un jurado con criterio como el de Cannes haya considerado que nuestro trabajo merece el premio máximo de la categoría. Nos llena de orgullo.
-¿Qué destacaría de la pieza, en términos creativos y de medios?
-El anuncio Protector es una idea que comienza en una revista, pasa a ser un objeto utilizable cuando se lo pone en el brazo del niño, se torna un pequeño "outdoor" mientras el niño lo utiliza, y termina como un dispositivo mobile, que también es un medio en las manos del consumidor. Naturalmente ese cruce de medios atiende a la necesidad de cuidado de los niños en la playa. Y esta necesidad es más grande que cualquier medio. Estamos abiertos y conectados a todo lo que puede ser innovador en favor de ideas relevantes y pertinentes.
-Una de los temas que se debate hoy en la industria publicitaria es la importancia de la tecnología. ¿Qué rol tuvo la tecnología en el desarrollo de esta idea?
-El anuncio Protector es una solución que reúne tecnologías para crear un producto estable, equilibrado y confiable para el uso del consumidor. Para ello, combinamos tecnologías ya existentes en favor de un resultado, ese sí, único. Desde la elección de la tecnología de transmisión, hasta el diseño de la página, pasando por el desarrollo gráfico del anuncio impreso. Estamos siempre atentos al desarrollo tecnológico, pero siempre mirando un valor aún más grande que es la creatividad.
-¿Esperan que ese caso pueda ganar Grand Prix en otras categorías?
Podemos cerrar la entrevista exactamente como empezamos: nunca se espera ganar un Grand Prix.