-¿Cómo llegás a Mil palabras?¿Cómo recibiste este proyecto?

-La idea fue de la agencia True, con Alejandro Guzmán, Ricardo Mares y Diego Carvalho a la cabeza. A mí me llegó un guión que enseguida me cautivó, porque era comedia, pero no sólo de actuación sino también de acciones. Lo que hacía que el proyecto fuera un desafío visual también. El proyecto me lo alcanzó Apaga Incendios, que es la productora de Coco Irei que me representa en Perú desde el año pasado cuando abrió sus oficinas. En Perú la creatividad ha tenido un crecimiento muy importante y sobre todo en cuanto a comedia, por lo que Coco buscó directores argentinos que den con ese perfil.

-¿Cómo fue el proceso de rodaje?

-El proceso del rodaje fue increíblemente armonioso. Pero no solo del rodaje, el proceso de todo el proyecto lo fue. Con increíblemente armonioso me refiero al rodaje porque, de entrada, teníamos un desafío que atender: como los tiempos no nos daban para filmar durante un fin de semana tuvimos que hacerlo un martes, en una oficina real, que se encontraba en pleno funcionamiento. Eso, que pudo ser calamitoso, no lo fue ni para nosotros ni para ellos. No hubo una sola mirada torva en todo el rodaje; y eso que fueron como 20 horas. Fue bárbaro todo.

-¿Cómo fue la experiencia de trabajar en Perú?¿Con qué se encontró?

-No sé si puedo decir cómo es trabajar en Perú, porque empecé hace un año. Pero si de algo estoy seguro es de que no hay diferencias entre las agencias argentinas y las de allá. Más allá de las idiosincrasias, todos vieron las mismas películas, todos leyeron los mismos libros y todos tienen la misma información. Por lo tanto, todos buscan la excelencia, eso está claro. En cuanto a las producciones en sí, mis dos experiencias fueron muy positivas en cuanto a lo técnico. La gran diferencia entre Argentina y el resto de Sudamérica es el nivel de actores y actrices que tenemos. Es algo poco común. Acá sobran talentos, y en Latinoamérica, aún son escasos. Y los que son buenos ya son conocidos. Me ha pasado ya de llevar actores argentinos para los papeles protagónicos. Encarece el proyecto, pero hace la diferencia.

-¿En qué se encuentra trabajando actualmente?¿En qué países?

-Actualmente, me representan formalmente en Argentina y Ecuador, a través de Huinca, y en Perú, a través de Apaga Incendios. Tengo además lazos con Simón Rubalcava de Allison, en México, con quien he trabajado anteriormente cuando estaba en otra productora. Huinca me representa con exclusividad en Argentina, es mi casa contenedora, porque me tiene que soportar casi todo el año, pobrecitos. Incluso, mi contacto con Apaga Incendios fue a través de Huinca. Ya hace 5 años que estamos juntos. Gente buena y simple, con las que da gusto compartir un asado. Lo mismo que con Coco y la gente de Apaga Incendios. Yo soy un militante del estado de felicidad, no puedo filmar lindo si no quiero ver a mi productor. Es ley. Lo aprendí hace unos cuantos años.