“Los creativos no tienen que ser temerosos, tienen que ser curiosos y soñadores”. A partir de esta idea, Frank Palmer desarrolló la conferencia titulada “Creatividad: una perspectiva canadiense”. Además, agregó que la “pasión, la emoción y el poder de hacer cosas que nunca se han hecho es lo que distingue a un buen creativo”. En cuanto a la publicidad mundial, Palmer opinó que “hay muchos trabajos que carecen de magia y de historias verdaderas. Una buena publicidad es la que cuenta una historia. La industria está en un punto de quiebre porque los consumidores no están prestando más atención y dicen una cosa en el focus group y después hacen otra cosa”. Frente a cientos de jóvenes impresionados con la charla, Palmer mostró excelentes trabajos de la agencia, como la creación del Instituto Bud Light, que fue la campaña que hicieron para esa cerveza en la que defendían a los hombres. Ante la excelente reacción del público, Palmer destacó que “nuestra cultura es la de hacer un negocio de las relaciones entre nosotros como agencia y los clientes, porque si ellos confían, el trabajo final es excelente y movilizador, como lo fue el de Bud Light, que fue invasiva y no sólo estuvo en la televisión, sino que estuvo en cine, gráfica y hasta sacamos un disco de música”. Asimismo, dijo que en DDB Canadá, “cada equipo creativo ve el trabajo del otro antes de que sea entregado al cliente. De esta manera hacemos el control de calidad, porque cuando algo es bueno, quiere decir que es bueno para todos”. Por último, y para dejar en claro cómo le gusta que se trabaje, Palmer dijo: “uno tiene que hacer lo que cree que tienen que hacer. Lo peor que le puede decir un cliente es NO!, y aunque en Canadá la mayoría son temerosos de hacer cosas nuevas, nosotros nos destacamos del resto porque innovamos y logramos que los clientes crean ciegamente en nuestras ideas”.