A continuación, las palabras de Miguel Angel Furones:
"Se puede hablar del triunfo de "la roja" desde muchos puntos de vista: lo bueno que es para la economía española, para su imagen exterior, para el sector de la publicidad...
A mi me ha interesado, además de todo esto, un hecho sociopolítico insólito en nuestro país. Me refiero a la secularización de la bandera española tras una larga historia de conflicto político. El estandarte nacional ha sido sacralizado por el ejército, acaparado por la derecha, vilipendiado por la izquierda, despreciado por el nacionalismo... Y de repente, un símbolo que a nadie le resultaba indiferente, se ha mostrado en este campeonato mundial de futbol ondeado por una marca de cerveza, esponsorizado por una compañía energética, promocionado por una entidad bancaria...
Esa mezcla de entusiasmo deportivo y abrumadora presencia publicitaria ha hecho más por la normalización de la bandera nacional que cualquier iniciativa política. Los españoles han descubierto en este mundial que las banderas ya representan tanto un país como a cualquier marca comercial que pague la tarifa establecida. Y claro, en un contexto tan comercialmente pagano, resulta mucho más difícil enfrentar a los ciudadanos por su devoción o su rechazo a una insignia.
La publicidad siempre banaliza todo lo que toca. Eso es algo que está en su propia esencia. Y esa banalización, que convierte a los ciudadanos en consumidores y a los votantes en hinchas, en este caso le ha hecho un gran servicio al país. Porque ha ayudado a desdramatizar las distintas posturas hacia la bandera rojigualda. Los jóvenes españoles, en especial los jóvenes españoles, ya solo tendrán al contemplar sus colores, el recuerdo de un gran momento deportivo lleno de emoción en el que todos llevaban la misma bandera porque a nadie le importaba demasiado la bandera que llevaban".