Gabriel Boric, el presidente más joven de la historia de Chile, tendrá que hacer frente al desafío de remediar en los próximos cuatro años uno de los problemas más viejos de Chile y que se hizo evidente a partir del estallido social de Octubre de 2019, que se inició con la protesa social por el aumento de 30 centavos en el valor del pase del metro de Chile, pero donde los manifestantes señalaron que las protestas no eran solo por los 30 centavos sino por 30 años de políticas neoliberales, y exigiendo un nuevo sistema político, una nueva constitución (sigue vigente la impuesta por la dictadura de Pinochet) y un conjunto diferente de prioridades económicas que contribuyan a una sociedad más justa, democrática e inclusiva y que contemple a los diferentes pueblos chilenos.
Millones de chilenos hoy han vuelto a mirar con esperanza al Palacio de la Moneda y al futuro, a pesar de los enormes desafíos que tiene el nuevo gobierno por delante, entre ellos, la aprobación de la nueva constitución democrática para su país en el referéndum que se realizará en septiembre próximo, mejorar la distribución de la renta (Chile es segun la ONU uno de los países con peor distribución de la riqueza), frenar la subida del dólar y la inflación, que el gobierno liberal de Piñera dejó en el 2021 con el 7%, mejorar el acceso a la salud, la educación y las jubilaciones. El nuevo gobierno, integrado con un gabinete con mayoría de mujeres liderando los ministerios, arranca con el desafío de cumplir con las expectativas de la población, con la esperanza de un futuro mejor.
Imagen: AFP
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