-Teniendo en cuenta la crisis económica que afecta a Europa, cuál es la situación de la industria de la producción hoy?, ¿cuáles son sus mayores desafíos?
-Lamentablemente, la crisis en España ha desertizado el mercado nacional. Sin embargo, muchas productoras de todo el mundo han aprovechado que los costos están más ajustados aquí, con lo que han aumentado mucho los servicios de producción. Esto es muy bueno para que la industria de producción española mantenga su altísimo nivel.
-¿Cómo ve el nivel de realización y producción hoy en España?, ¿y a la creatividad?
-Pienso que el nivel de realización y producción es muy alto, desde hace años. Nosotros trabajamos mucho con extranjeros y siempre se muestran sorprendidos con los estándares de calidad que manejamos las productoras aquí. Lamentablemente, los clientes españoles cada vez tienen más miedos, y eso ha masacrado la magnífica creatividad que existía aquí hasta hace pocos años. Siguen quedando agencias y equipos que aguantan, inasequibles al desaliento, pero lamentablemente son pocos.
-¿Qué balance hace de Garlic en 2013? y ¿qué proyectos tienen para 2014?
-Si 2012 lo salvamos gracias a nuestra alianza estratégica con Rebolucion (Argentina y Brasil), yo diría que 2013 ha sido el año de Garlic Production Service; y también el año en que comenzamos a filmar con el director Pep Bosch y su productora Albert. Hemos empezado 2014 trabajando para Corea, México y Argentina, así que continúa la tendencia del mercado globalizado, con Marcelo Burgos trabajando más para afuera que para España. Tenemos la impresión de que el país se consolidará como uno de los destinos preferidos para rodar en el hemisferio norte, con calidad Europea y costos muy contenidos.
-¿Hacia dónde cree que se dirige la industria de la producción publicitaria?
-La industria lleva ya bastantes años muy cambiante, y resulta complejo predecir dónde estará el futuro. Hace poco leí que en los últimos dos años se ha generado más material audiovisual que en todos los años anteriores juntos, desde que se inventó el cine y la fotografía. También se ha sofisticado mucho el espectador, al que ya no resulta fácil impresionar. Tal vez por esto cada vez es más difícil que el mensaje destaque en medio de tanto ruido, y eso hace que el reto de comunicación sea arduo y excitante.