Gastón terminó la secundaria en la ORT, con curiosidad e interés sobre una industria en la que después haría carrera durante 25 años, comenzando como trainee en Casares Grey, llegando a un liderazgo regional en Ogilvy y, tras la creación de DAVID, animándose hace dos años a crear GUT, una agencia independiente de tres oficinas, a la que, con su socio Anselmo Ramos, cuida “como a un bebé”. Sobre la independencia, confiesa: “El startup tiene un gusto y una mística hermosa. Fue hermoso empezar con nada”.
Teniendo muy en claro que lo primero son las personas, GUT accionó rápido en plena pandemia, decidiendo que su equipo comenzara a trabajar desde sus casas el pasado 13 de marzo.
También contó que antes de se desatara la pandemia, reunieron a todo el equipo, compuesto por 110 personas, en San Pablo, para poder compartir todos, conocerse más y disfrutar un tiempo juntos. A su equipo lo describe como “110 personas en una sola familia y donde los vínculos son mucho más fuertes de lo que se suele ver”.
Para afrontar el aislamiento, generaron el protocolo WE GUT THIS, compuesto por tres cuestiones: Dinero, Tiempo y Ánimo. Sobre el dinero, se refiere a poder ayudar a los empleados con problemas económicos y asistirlos de manera abierta. En cuanto al tiempo, consideran que es importante valorarlo. Establecieron no trabajar los miércoles a la tarde, algo que tomaron de AB InBev Brasil. “La gente necesita lavar los platos, hacer las compras. Los chicos ven a sus padres en la casa y quieren jugar con ellos. No creíamos que la productividad fuera a reducirse por eso”. Por último, cuidan el ánimo. Repartieron la agencia en cinco personas, que se encargan de hacer el “GUT check”, que consiste en llamar a la gente y mantenerse al tanto de cómo están. “Era muy difícil empezar los calls y no preguntarles cómo estaban, qué estaban cocinando, entendiendo que estaban en un entorno”.
Bigio también asegura que la transparencia es muy importante, creando un ambiente de trabajo en el que la gente se sienta cómoda de poder decir que no está de ánimo o que no es su mejor día y que, deben entender eso, ya que, al abrir una pantalla, tu vida está desnuda por completo allí. Las agencias tienen que entender esto, y los clientes también.
Con la creatividad de GUT, Mercado Libre fue una de las primeras compañías en responder a la pandemia, actualizando su logo. Sobre el proceso, Bigio contó que la idea partió de la responsabilidad. “Lo primero que todos aprendimos de la pandemia era que darse la mano era un problema y que había que lavarse las manos. El logo de la marca es un handshake. No podés, ni siquiera con tu logo, ir en contra de las normas de la pandemia”.
La aprobación fue inmediata, ellos creyeron que iba a ser un in and out, pero resultó que será para largo. “Realmente, tomó mucha fuerza y se transformó en la plataforma estratégica de las acciones codo a codo, por ejemplo, colaborando con la Cruz Roja”. La idea de la estrategia era comunicar lo que debemos hacer en este momento y que de este contexto se sale unidos.
Bigio cree que la industria será impactada ferozmente por la pandemia, ya que ésta es la industria del consumo. “Vamos a tener que aprender a reaccionar día a día”.
Para el líder de GUT, estamos en la fase de “recovery”, donde las marcas se empezaron a reír de vuelta, a meter ironía y distintos tonos que, en la primera etapa, estaban prohibidos. Hoy, con sus clientes, comenzaron a imaginar distintos escenarios de lo que podía llegar a pasar, para poder comunicar de manera correcta. “Las tres oficinas viven situaciones completamente diferentes. Ningún gurú de nada nos puede decir qué va a pasar”.
Con Skol en Brasil, por ejemplo, realizaron una acción en la que artistas destacados interrumpían videollamadas en las que estaban festejando un cumpleaños, para que la celebración en plena pandemia fuera especial. En Argentina, con Stella Artois, realizaron una iniciativa en la que la marca le proponía a la gente a ayudar a un restaurante, y ella duplicaría el valor de su aporte. “Había toda una etapa de asistir. Hay una segunda etapa, en la que te ayudo, pero con tu estado de ánimo”.
Además de preparar la fase de recuperación, también están pensando en la tercera, que es la de la nueva norma. Se elaboran muchos escenarios, se crean muchas campañas, como siempre, pero diseñando de otra manera. Bigio destaca que “el único problema es el miedo a hacer. Consideramos, por nuestra cultura, que estar presentes es justamente eso, estar presentes. Es importante”.
Bigio confiesa que le cuesta balancear la vida personal y el trabajo, pero que sí trabaja para que su equipo lo haga. “Mi hobbie es mi trabajo. Eso es algo muy malo”. Con el tiempo aprendió que si quiere tener a la misma gente trabajando toda la vida con él, la tiene que cuidar. “El talento es el que permite que la agencia sea exitosa”.
Abriendo su corazón, compartió que su acto de mayor coraje es su tercer hijo. “Nací con sindactilia y polidactilia. Mi hija nació exactamente igual a mí. Tuve un segundo hijo, que no tuvo nada de eso. Un varón y una nena. Ya estaba. Ir por un tercer hijo fue una decisión que tardó muchos años, muy profunda. Cuando vos le pasás algo a tu hijo por ADN y ese algo no es tan copado, animarte a hacerlo y que salga bien, una tercera vez, fue lo que más me costó. Es el hecho de coraje más fuerte que tuve”.
Sobre la industria y el futuro, considera que la publicidad es muy egoísta y devuelve muy poco de lo que en realidad debería. Recordando a muchas personas que durante toda su carrera le enseñaron cosas, cuenta que le gustaría, de viejo, hacer una universidad gratis de publicidad en Argentina, pudiendo trabajar en la educación del talento.
Por último, aconsejó a aquellos que hoy están comenzando su camino en esta industria, aclarando que es clave tener pasión. “Te tiene que gustar mucho, porque el camino es bastante jodido”. La publicidad no es sencilla y tiene mucha frustración. “La pieza de la pasión hace empujar a las ideas y te lleva a la segunda pieza: la resiliencia”. Explica que les rebotarán, a lo largo del tiempo, muchísimas ideas. Eso hace que puedas sobrevivir a este laburo. La tercera cosa que hay que tener es insistencia. Si tenés las tres “Podés hacer que un montón de cosas pasen en un mundo que hace que las cosas no pasen”.
También les dio un mensaje a aquellos profesionales que están iniciando una startup. “Me tomó ocho años de tomar la decisión. Si no hubiera tenido un gran socio, tal vez no lo hubiera hecho”. Y concluye “Las corporaciones trabajan mucho en golpear la autoestima. Hay que tener mucha autoestima, que no es lo mismo que el ego o el narcisismo, para darse cuenta de que uno tiene todo para hacer el trabajo que le gusta”.
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