-¿Cuáles han sido las claves del éxito para lograr el reciente comercial que lanzaron para Audi?
-Consideramos que la clave para lograr este comercial fue la proactividad, las ganas de seguir adelante y el ingenio para pensar cómo sí lograr las cosas en tiempos difíciles. Ese siempre fue el ADN de nuestra empresa. El "no" ya lo teníamos, para encontrar el "sí" había que salir de la zona de confort y pensar diferente. Tuvimos una llamada con el Pollo (amigo y DGC de ACMcGarryBowen) a mediados de marzo, y le comentamos que teníamos ganas de filmar un comercial 100% hecho a distancia. En ese momento aún no habían salido al aire los miles de comerciales hechos en casa. Por lo tanto, la propuesta en sí y las limitantes que suponía, eran de por sí interesantes. La llamada fue muy buena y muy alentadora, ya que todos teníamos muchas ganas de descubrir si era posible filmar en esta nueva modalidad. Sólo necesitábamos una creatividad y un cliente dispuesto a ir para adelante. Una semana más tarde, el Pollo nos comunica que habían aterrizado una idea simple y contundente, que enseguida nos encantó. Y venía de la mano de una marca que nos gusta mucho a nivel comunicación, pero con un producto un poco más grande de lo que habíamos imaginado...un auto.
-¿Cómo fue el proceso de realización?
-Justamente, la de los autos es una de las categorías más difíciles de filmar sin el despliegue de producción habitual. Sabíamos que iba a ser un gran desafío, pero no lo dudamos ni por un segundo. Entendimos que existían 3 pilares fundamentales a resolver: Enviar el auto a una locación, enviar un equipamiento de filmación y, lo más importante y determinante, buscar un talento que pueda resolver todo solo. Esto no era filmar una familia en su casa o una receta de cocina con un producto chiquito y fácil de iluminar, había que fotografiar un AUDI, con todo lo que eso implica. Pensamos en varias posibilidades, pero la idea de un fotógrafo/actor fue la ganadora. Iniciamos nuestro research interno de casting, pensando en todos nuestros proveedores, y tratando de encontrar quién podría ser el que tenga las cualidades actorales, el look adecuado, y la capacidad para fotografiar el proyecto sin ayuda de nadie. Así fue como decidimos avanzar con Manuel Bascoy, director de fotografía amigo, y con cierta experiencia actoral. Pese a algunos detalles como sacarse un aro, tapar tatuajes, arreglar su pelo y debatir si su bigote tenía que desaparecer, la opción gustó mucho. Iniciamos el trabajo de vestuario y look a distancia para poder presentar a cliente, realmente íbamos con una sola opción, si fallaba se caía todo, o teníamos que iniciar otra búsqueda. Básicamente, teníamos que apurar la junta de pre para saber si íbamos bien y ganar tiempo. Afortunadamente, tanto agencia como cliente entendían el desafío que este proyecto suponía y apoyaron en todo momento nuestras recomendaciones. La clave de este proyecto fue siempre pensar en que se vea como un comercial de autos y no como algo casero. Ahí es donde hicimos la diferencia, ya que nunca dejamos de buscar posibilidades para lograrlo de la mejor manera. El director trabajó a detalle cada situación con el fotógrafo, basándose en referencias actorales muy puntuales y buscando plano a plano la esencia de lo que se quería comunicar. Fueron 10 días de preproducción muy detallada, donde hacíamos llamadas constantes para resolver cada uno de los temas que se nos presentaban. Gracias a esto, el rodaje fue muy fluido y pudimos terminar a tiempo. Nos tocó un día espectacular, donde la luz ayudó muchísimo y tanto agencia como cliente fueron súper veloces y concretos con los pedidos, adaptándose a esta nueva modalidad y entendiendo por completo las posibilidades y limitantes que se presentaban. La postproducción es algo que muchas veces resolvemos a distancia, así que nos sentíamos cómodos de hacerlo así. Al ver el resultado final quedamos muy contentos. Ya sólo faltaba editar el caso, que era para todos la cereza del postre, porque permitiría mostrar el proceso, los desafíos y la forma en que resolvimos cada obstáculo que se presentó.
-¿Creen que a pesar de adoptar protocolos de seguridad, esta realidad cambiará en el futuro la forma de producir y la forma de valorar el craft audiovisual?
-No sólo se trata de respetar un protocolo de seguridad para garantizar el bienestar de todos, sino que también implica cambiar la concepción de cómo pensamos los proyectos, y estar más abiertos a las nuevas formas de producción. Cada idea y cada pieza va a presentar desafíos diferentes. Esto implica ser creativos no sólo en la narrativa, sino también en los modelos de producción que permitan llevar adelante los proyectos con crews compactos pero con el claro objetivo de mantener intacta la calidad.