Ginkgo fue una agencia que fundó nuestro abuelo con nuestro viejo allá por el 76. Después de haber laburado mil años en McCann decidieron abrirse y arrancar solos. En aquel entonces todo era diferente y ellos se complementaban muy bien y el éxito de los primeros años fue ese. Después, ya sin Lorenzo, nuestro abuelo, nuestro padre siguió un camino que lo llevó a buscar sobresalir no sólo acá en Uruguay, sino en la región. En el camino conoció un montón de gente valiosa, Álvaro Moré con quién llegaron a ser socios y a quien nosotros lo tenemos como un referente, Juan Carlos Rodríguez, Batata Bartaburu, sin dudas fue una época rockera. Ya entrados en la era digital, el viejo empezó a largar un poco las riendas de Ginkgo, casi hasta reducirse a la mínima expresión.
Lo cierto es que con Paco nos parecía que había mucho más por escribir en la historia de la agencia e hicimos un acuerdo con él, le compramos la marca y la refundamos. Hoy, con otra visión, con las urgencias propias del contexto en el que nos encontramos y desarrollando otras habilidades que entendemos que es lo que demandan nuestros clientes. Más orientados al negocio, a entender por dónde nos podemos anticipar a los cambios, a tomar decisiones difíciles en conjunto, a tener charlas incómodas con nuestros clientes, en fin, a que sientan que tenemos valor para agregar a sus organizaciones y que podemos hablar de sistemas productivos y que la agencia sabe perfectamente lo que es. Siempre con la cercanía que nos inculcó nuestro abuelo y con el profesionalismo que lo hacía nuestro padre. Yo soy MBA del IEEM, y Paco está en el proceso también, y estamos convencidos de que todo lo que hacemos realmente tiene un porqué atrás, una estrategia pensada y fundada. Pero como te dije, el mundo está lleno de incertidumbres, lo que nosotros hacemos es minimizarlas para poder dar en el blanco. Son procesos intensos, pero que nuestros cliente valoran mucho. Hoy estamos trabajando para Punta Carretas Shopping, Fábricas Nacionales de Cerveza, IEEM, La escuela de Negocios, Conaprole, MonteCudine por nombrar algunos.
Es un desafío enorme cargar con el legado de nuestro abuelo y nuestro padre, la agencia uruguaya más ganadora en Cannes, por ejemplo, y seguramente en el Ojo. Y en eso no transamos, el laburo que sale de la agencia tiene que ser distinto, relevante y el mejor posible. Así arrancamos y así pensamos seguir porque evidentemente es algo que llevamos en la sangre.
En este proyecto yo estoy como CEO y “fundador” y Paco está como Director Comercial y fundador. Sinceramente los cargos o las chapas, no nos gustan tanto, porque de verdad estamos un poco encima de todos los procesos. Además, en este nuevo mundo, hemos trabajado con gente que están en Brasil, otros que están en Europa, etc. Sí tenemos nuestro equipo fijo armado, donde hacemos trabajos del día a día, pero abrimos muchos trabajos. Lo más importante es lo que hablábamos antes: que salgan laburos de calidad y que los clientes encuentren soluciones en el proceso. Eso nos lleva a ser todos los días un poco más exigentes, pero también ir dusfrutando lo que hacemos, como nos enseñaron los que estaban antes.
FOTO: Paco Roman Pollio y Diego Román.
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