Me parece interesantísimo el contexto social, ver cómo en días pasados, los mexicanos estábamos divididos por temas políticos pero unidos en una misma esperanza con la selección. Los resultados y el proceso mismo nos han dejado grandes lecciones y me gustaría ejemplificarlo con una analogía futbolística: Nosotros no elegimos el país, los estadios o los oponentes contra los que nos enfrentamos en el mundial; es la FIFA quién, democráticamente elige el país sede y las circunstancias las que nos ponen en determinada cancha y ante tal o cual adversario; sin embargo, estemos a favor o en contra de ello, positivos o temerosos por la situación, vamos y damos lo mejor de nosotros mismos, jugamos con una misma camiseta y defendemos una misma ilusión. En el ámbito político no es muy diferente: la mayoría ha dictaminado la cancha en la que vamos a jugar como país, está en nuestras manos unirnos, dar nuestro máximo esfuerzo y sacar lo mejor de ello
Los retos que nos presentan estos escenarios nos empujan a salir de nuestra zona de confort; no existe mejor horizonte para un equipo creativo que encontrarse ante un escenario desconocido dónde las reglas están por crearse. Debemos tener presente el gran incentivo que hay delante de nuestros ojos: jugar en equipo, en la cancha que nos toca, por un país que tiene todo para ganar; la oportunidad de demostrar que la unión y el respeto nos hacen fuertes, que nuestra noble industria está en un momento clave para el país, que, desde nuestra trinchera, podemos generar el cambio, jugar con lo que dictó la mayoría y que el resultado sea favorable para toda la nación. what_if we play along.